Durante el otoño e invierno, se dispara el uso de vestidos de punto y abrigos de lana; sin embargo, aunque estos puedan resultar agradables para la mayoría de las personas, ya que abrigan y son exquisitamente suaves, para otras, solo representan la llegada de problemas, pues el malestar que generan al contacto con la piel, son por decir lo menos, desagradables. Ahora bien, ¿Es posible que seas alérgico a la lana?
¿Es posible ser alérgico a la lana?
Diferentes estudios e investigaciones, han determinado que la lana no es un alergeno como muchos otros, ya que, de hecho, las fibras que sobresalen de los tejidos, son incapaces de producir reacciones alérgicas de contacto.
Sin embargo, se afirma que más que una alergia en sí, las personas que atraviesan episodios tras el contacto con la ropa de lana, realmente están desarrollando una intolerancia a la misma, y que esta irritación cutánea es más frecuente en personas que naturalmente son más sensibles, con piel seca y tendencia a sufrir de problemas respiratorios.
Además, debe tenerse en cuenta la presencia de lanolina como posible desencadenante y no a la lana en sí.