El flan es un postre clásico que, aunque delicioso, a menudo se asocia con preparaciones largas y cargadas de azúcar. Sin embargo, existe una versión saludable y rápida que se puede hacer en tan solo dos minutos, utilizando el microondas. Esta receta no solo es ideal para aquellos que buscan un postre bajo en calorías, sino también para quienes tienen poco tiempo, pero no quieren renunciar al sabor.
Este flan saludable es perfecto para disfrutar sin culpa, manteniendo un equilibrio entre el placer y el cuidado de la salud. Con ingredientes sencillos y al alcance de todos, es posible crear un postre que conserve la textura y el sabor característico del flan tradicional, pero en una versión mucho más ligera.
INGREDIENTES Y PREPARACIÓN
Para preparar este flan, necesitarás ingredientes básicos como huevos, leche o bebida vegetal, edulcorante y esencia de vainilla. La leche o bebida vegetal es la base líquida que le dará la textura suave al flan, mientras que el edulcorante sustituye al azúcar, reduciendo significativamente las calorías. La esencia de vainilla, por su parte, aporta ese aroma y sabor inconfundibles que caracteriza a este postre.
La preparación es muy sencilla: en un bol, bate un huevo con 100 ml de leche o bebida vegetal, añade una cucharada de edulcorante y unas gotas de esencia de vainilla. Mezcla bien todos los ingredientes hasta que estén completamente integrados. Una vez lista la mezcla, viértela en un recipiente apto para microondas.
COCCIÓN EN EL MICROONDAS
El truco para que este flan se cocine de manera uniforme en el microondas es usar un recipiente adecuado, preferiblemente de silicona o cerámica, y asegurarse de que la mezcla no sobrepase la mitad de la capacidad del recipiente. Esto evitará que el flan se desborde durante la cocción. Coloca el recipiente en el microondas y cocina a máxima potencia durante un minuto y medio a dos minutos, dependiendo de la potencia de tu microondas.
Una vez finalizado el tiempo, deja reposar el flan dentro del microondas con la puerta cerrada durante un minuto más. Esto permitirá que el calor residual termine de cocinarlo y que el flan adquiera una consistencia más firme. Si prefieres un flan más cuajado, puedes cocinarlo 30 segundos adicionales, pero ten cuidado de no excederte, ya que podría quedar demasiado seco.
VERSATILIDAD Y VARIANTES
Una de las ventajas de esta receta es su versatilidad, permitiendo adaptarla según tus gustos o necesidades dietéticas. Si eres intolerante a la lactosa o sigues una dieta vegana, puedes sustituir la leche por bebidas vegetales como la de almendra, avena o coco, asegurándote de que sean sin azúcares añadidos. Asimismo, el edulcorante se puede ajustar a tu preferencia, ya sea stevia, eritritol u otro que uses habitualmente.
Otra variante interesante es añadir cacao en polvo sin azúcar a la mezcla, lo que te permitirá disfrutar de un delicioso flan de chocolate. También puedes incorporar frutas troceadas, como plátano o fresas, para darle un toque fresco y natural, o especias como canela o cardamomo para un sabor más exótico.
PRESENTACIÓN Y CONSUMO
Una vez que el flan esté listo, puedes desmoldarlo con cuidado, ayudándote de un cuchillo si es necesario, y servirlo en un plato pequeño. Para una presentación más atractiva, puedes decorar el flan con frutas frescas, una hoja de menta o un poco de cacao en polvo espolvoreado por encima. Estas decoraciones no solo añadirán color, sino también un toque de sabor adicional.
Este flan es ideal para consumirlo como postre después de una comida ligera, o incluso como merienda. Al ser bajo en calorías y rico en proteínas, también es una excelente opción para quienes siguen un plan de alimentación equilibrado. Si te sobra alguna porción, puedes guardarla en la nevera durante uno o dos días, manteniendo su frescura y sabor.
