La obesidad, una condición caracterizada por un exceso de grasa corporal, se ha convertido en una epidemia global, afectando a millones de personas en todo el mundo.
Más allá de sus efectos negativos en la salud cardiovascular y la diabetes, la obesidad también se ha relacionado con un riesgo significativamente mayor de desarrollar diferentes tipos de cáncer.
La relación entre la obesidad y el cáncer es compleja y aún no se comprende completamente. Sin embargo, se ha demostrado que el exceso de peso corporal aumenta el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, incluyendo el cáncer de mama, colon, endometrio, riñón, hígado, páncreas, próstata y esófago.
1La inflamación crónica: un fuego silencioso
El tejido adiposo (grasa) en personas obesas se encuentra en un estado constante de inflamación crónica de bajo grado.
Esta inflamación es un proceso que implica la activación de células inmunitarias y la liberación de sustancias inflamatorias. Estas sustancias pueden dañar el ADN de las células normales, aumentar la proliferación celular y promover el crecimiento tumoral.
La inflamación crónica también puede contribuir al desarrollo de metástasis, el proceso por el cual las células cancerosas se diseminan a otras partes del cuerpo.
La inflamación puede promover la formación de nuevos vasos sanguíneos, llamados angiogénesis, que permiten que las células cancerosas reciban nutrientes y oxígeno, facilitando su crecimiento y metástasis.