El verano es una estación ideal para los aficionados al running, ofreciendo días largos y soleados perfectos para salir a correr. Sin embargo, las altas temperaturas pueden representar un reto para los corredores. Para disfrutar del running en verano de manera segura, es importante tomar ciertas precauciones y seguir algunos consejos clave.
El calor extremo y la deshidratación son dos de los mayores riesgos a los que se enfrentan los corredores durante el verano. Para mitigar estos riesgos, se recomienda correr temprano en la mañana o al final de la tarde, cuando las temperaturas son más bajas. Además, es fundamental mantenerse bien hidratado antes, durante y después de la carrera. Beber agua en pequeños sorbos cada 15-20 minutos puede ayudar a mantener el equilibrio hídrico del cuerpo.
Correr en verano no solo mejora la resistencia y la condición física, sino que también puede ser beneficioso para la salud mental, proporcionando una liberación del estrés y mejorando el estado de ánimo. Sin embargo, es importante estar atento a los signos de golpe de calor, como mareos, confusión y sudoración excesiva. Si se presentan estos síntomas, hay que detenerse de inmediato, buscar sombra y rehidratarse.
Usar ropa ligera y de colores claros, hecha de materiales transpirables, también puede marcar una gran diferencia. El uso de protector solar con un factor de protección alto (SPF 30 o más) es imprescindible para proteger la piel de los dañinos rayos UV.
El equipamiento adecuado puede hacer que correr en verano sea una experiencia mucho más cómoda. Un buen par de zapatillas con ventilación adecuada, una gorra para protegerse del sol y gafas de sol para proteger los ojos son elementos esenciales. Además, llevar una botella de agua o un cinturón de hidratación permite reponer líquidos durante la carrera sin tener que detenerse.
Planificar la ruta de antemano también es una buena práctica. Optar por trayectos sombreados y evitar superficies asfaltadas que retienen calor pueden ayudar a mantener una temperatura corporal más baja. Considerar correr en parques o senderos naturales donde haya más sombra y menos exposición directa al sol puede ser una adecuada alternativa.