Japón, tradicionalmente reconocido por su población longeva y su dieta saludable, está experimentando un cambio preocupante. Mientras que Okinawa y Ogimi siguen ostentando el título de las zonas más longevas del planeta, con sus centenarios y supercentenarios, un estudio reciente revela que la dieta japonesa está siendo conquistada por los alimentos ultraprocesados, amenazando su reputación de modelo de salud.
1Un legado de longevidad: la dieta tradicional japonesa
La dieta japonesa tradicional, basada en el consumo de arroz, pescado, verduras, frutas y legumbres, ha sido aclamada por su riqueza nutricional y sus beneficios para la salud. Esta dieta se caracteriza por un bajo contenido en grasas saturadas, un alto consumo de fibra y una abundante ingesta de ácidos grasos omega-3, presentes en el pescado azul.
La combinación de estos elementos ha sido clave para la longevidad de los japoneses. Estudios han demostrado que la dieta tradicional japonesa es rica en antioxidantes, que protegen las células del daño oxidativo y contribuyen a la prevención de enfermedades crónicas como el cáncer.
Además, el consumo moderado de proteínas y grasas, junto con la abundante ingesta de fibra, favorece la salud cardiovascular y la regulación del peso.