La leptospirosis canina es una zoonosis transmisible al ser humano, que surge de una bacteria presente en el agua y el suelo. La leptospirosis se desarrolla rápidamente y puede comprometer toda la salud del perro, como las funciones renales y hepáticas, e incluso llevarle a la muerte. Quizá no lo sepas, pero la enfermedad tiene cura y es posible revertir el cuadro con el tratamiento correcto y el seguimiento constante de un veterinario. ¿Quiere saber más sobre esta zoonosis tan común? Sigue leyendo.
Leptospirosis canina, la transmisión humana se produce por el contacto con las necesidades del animal
Esta zoonosis es tan común que ya existen más de 250 serovares (especies de bacterias) de la enfermedad. La transmisión se produce con una bacteria llamada Leptospira sp, que está presente en el agua, el suelo, los pantanos, los lagos y el barro contaminados. A pesar de ser una bacteria muy resistente y de sobrevivir a ciertas temperaturas, necesita un huésped para reproducirse. Este anfitrión es el ratón. Es el animal el que lleva y transmite la bacteria, que se almacena en sus riñones (no tiene problemas renales) y se elimina en la orina. El roedor puede transmitir la enfermedad a los perros y a los humanos, tanto por contacto con la orina como directamente con el animal, por mordeduras y arañazos.
El contagio de la enfermedad a los humanos y a los animales también puede producirse tras un tiempo en contacto con el agua contaminada. Por eso, en los periodos de lluvia, la incidencia de la enfermedad es mayor, ya que el elevado volumen puede provocar inundaciones, llevando el agua infectada a la zona urbana y, en consecuencia, al contacto con humanos y animales.
Síntomas de la leptospirosis en los perros: ¡esté atento!
Es muy importante prestar atención a los síntomas de la leptospirosis en los perros. Al principio de la enfermedad, los signos son más generalizados, ya que son, de hecho, una respuesta a la infección. Por lo tanto, para diagnosticar la enfermedad, se debe hacer un análisis de sangre y de orina. Los síntomas más comunes son:
- Pérdida de peso;
- Vómitos
- Fiebre
- Deshidratación
- Dolor abdominal.
En hasta diez días, la enfermedad ya se desarrolla en el cuerpo del animal y los síntomas cambian, volviéndose más puntuales. Por lo tanto, si notas cualquier alteración, tienes que llevar al animal al veterinario urgentemente. La enfermedad progresa rápidamente y el tratamiento debe ser inmediato, ya que ofrece riesgos para la vida del perro. Los síntomas en esa fase son:
- Apatía;
- Ictericia, con la aparición del color amarillento en las mucosas, encías, boca, vientre y orejas;
- Pérdida de apetito con anorexia;
- Debilidad;
- Heridas y moretones en la piel;
- Orina con sangre.
Leptospirosis en perros: el tratamiento se hace por partes
El tratamiento de la leptospirosis suele ser el mismo que se utiliza para tratar otras infecciones, en este caso el uso de antibióticos y terapia. Además del tratamiento de la enfermedad, es necesario observar si no hubo daños en los órganos del animal, para tratar también estos problemas.
También hay un tratamiento de apoyo, que depende del daño que se haya causado al sistema de órganos del animal. Si en el análisis de sangre detectamos insuficiencia renal, hay que tratar el déficit que sufre el riñón. No necesariamente fue el mismo daño de la enfermedad, por eso es importante el acompañamiento de un médico veterinario en esos casos. También es importante ser muy cuidadoso en el manejo del animal para no tener riesgo de infección, y acabar contagiando al propietario.
La leptospirosis tiene cura, pero es necesario seguir el tratamiento. La enfermedad se desarrolla en los órganos del perro, como el bazo, el hígado, los riñones, los ojos y los genitales. También puede comprometer el funcionamiento del sistema nervioso central y los músculos del animal. Se ha demostrado que se desarrolla principalmente en el hígado y los riñones. En el hígado, las bacterias causan problemas hepáticos y daños intestinales. En los riñones, puede llevar al animal a un estado de insuficiencia renal, hemorragia interna y glomerulonefritis. Cuando se descubre a tiempo y el tratamiento es eficaz y continuo, podemos revertir el cuadro.
Mi perro ha matado un ratón, ¿qué hacer?
En caso de que note una mordedura de rata en el perro, o note que su perro ha matado al roedor, debe ser dirigido al veterinario. El profesional necesita ser informado de ese acto, pues hay tratamiento profiláctico en esos casos, además de ser utilizados antibióticos y terapia. Es muy importante que su perro reciba atención inmediata en estos casos. Con el tratamiento correcto y el uso de profilácticos, la enfermedad puede ni siquiera desarrollarse.
Leptospirosis canina: aprenda a prevenir la enfermedad
Cuidado con la higiene
Para prevenir la enfermedad, es importante mantener el hábito de la higiene personal, tanto la tuya como la de tu mascota. El agua de los cachorros debe ser filtrada y transparente, sin suciedad, y debe cambiarse dos veces al día. También es importante lavar los alimentos comprados en el mercado y en las ferias antes de comerlos u ofrecérselos a su mascota, ya que les encantan las verduras y las hortalizas.
Entornos siempre limpios
En cuanto al entorno, para evitar cualquier posibilidad de que aparezca la patología, es importante lavar el suelo o el patio en las zonas abiertas después de la lluvia y mantener el lugar donde hacen sus necesidades siempre limpio y desinfectado.
Evitar el contacto del perro con los roedores
Evite el contacto de su perro con cualquier roedor de la calle: los perros son animales carnívoros y pueden morder o intentar jugar con el animal. Tampoco dejes que entre en contacto con la orina, las heces y el vómito de otro perro con leptospirosis, para que no se produzca la transmisión de la enfermedad. Si tienes un animal en casa que tiene la enfermedad, puede ser mejor separarlo del otro animal, para evitar cualquier contacto.
La vacuna protege al animal de algunos tipos de bacterias de la leptospirosis
Además de todo esto, la vacuna es un punto fundamental para proteger a tu mascota de la leptospirosis canina. La V8 o la V10 (la que necesita el cachorro para tomar algunas dosis y se refuerza anualmente) tienen serotipos contra la acción de la enfermedad. Si vives en zonas rurales o en regiones con una alta incidencia de roedores, vale la pena hablar con el veterinario para que la inmunización se realice con un intervalo más corto.