En los últimos años, la preocupación por la alimentación de nuestras mascotas ha cobrado una relevancia especial. Son parte de la familia y, como tal, queremos lo mejor para su salud y bienestar. A menudo, esta atención se traduce en la tentación de compartir con ellos nuestros propios alimentos. Sin embargo, lo que para los humanos puede ser saludable o simplemente un capricho, para los perros podría resultar peligroso.
Hoy nos adentramos en la nutrición canina para desmitificar y clarificar qué alimentos, presentes en nuestra dieta diaria, suponen un riesgo para nuestros fieles compañeros.
UN RIESGO EN LA DESPENSA: LO QUE NO DEBEN COMER
La cocina es un punto de encuentro familiar, pero entre especias y condimentos, se esconden peligros para nuestro amigo de cuatro patas. El chocolate, que tanto placer nos brinda, contiene teobromina, una sustancia que los canes metabolizan muy lentamente y puede ser tóxica. Aunque depende del tipo de chocolate y del tamaño del perro, la intoxicación puede provocar vómitos, diarreas e incluso fallos cardíacos.
Las uvas, así como las pasas derivadas de ellas, son otro alimento aparentemente inocuo que puede causar insuficiencia renal en los perros, aunque aún se desconoce el compuesto exacto que produce esta toxicidad. La cebolla y el ajo, omnipresentes en nuestras cocinas, contienen tiosulfatos y pueden causar anemia hemolítica en los perros, manifestándose con debilidad, vómitos y problemas respiratorios.
La xilitol, un edulcorante presente en chicles, dulces y productos de panadería, puede desencadenar una liberación rápida de insulina en los perros, llevando a hipoglucemia y síntomas graves como letargo, convulsiones y fallos hepáticos. Por otro lado, el alcohol, incluso en pequeñas cantidades, puede ser mortal para los perros debido a su tamaño y a la diferencia en la manera en que metabolizan esta sustancia.
CUIDA A TU PERRO COMO SE MERECE: ALIMENTOS PROHIBIDOS
Es tentador mimar a nuestras mascotas con trocitos de nuestra comida, pero algunos alimentos cotidianos como el aguacate contienen persina, que resulta nociva para los perros. En cuanto a los lácteos, aunque un trozo de queso pueda parecer un premio inocuo, muchos perros son intolerantes a la lactosa y esto puede causar malestares digestivos.
El café y otras fuentes de cafeína, incluyendo el té y los refrescos, deben quedar fuera de su alcance, ya que la cafeína es un estimulante peligroso que puede provocar taquicardia y temblores en los perros. Los huesos cocidos, elemento típico de algunos hogares como premio, pueden astillarse y causar obstrucción o perforación del tracto digestivo de nuestra mascota.
Las nueces de macadamia son deliciosas para muchos, pero para los canes son altamente tóxicas y pueden provocar debilidad muscular, vómitos y temblores. Por último, el pescado crudo puede contener parásitos que causarían enfermedades como el anisakis. Además, el salmón crudo puede llevar un parásito que cause la enfermedad del ‘salmón venenoso’ en perros.
UNA ALIMENTACIÓN SEGURA: CONSEJOS ESENCIALES
Lo mejor que podemos hacer por la salud de nuestros perros es informarnos adecuadamente sobre su dieta y ofrecerles un alimento específicamente formulado para ellos. Las dietas balanceadas comerciales para perros están diseñadas para proporcionar todos los nutrientes que necesitan.
Si prefieres la comida casera para tu perro, consulta con un veterinario nutricionista que pueda diseñar una dieta adecuada y balanceada para tu amigo peludo. Ten en cuenta que los perros tienen requerimientos nutricionales diferentes a los nuestros; no es adecuado simplemente compartir nuestra comida con ellos. Recuerda siempre mantener los alimentos peligrosos fuera de su alcance y evitar que hurguen en la basura o en áreas donde puedan encontrar restos.
Finalmente, en caso de sospechar que tu perro ha ingerido alguno de estos alimentos prohibidos, es vital contactar inmediatamente con el veterinario para actuar con celeridad ante cualquier signo de intoxicación. Con estas precauciones, nuestros compañeros caninos podrán disfrutar de una vida larga, saludable y feliz a nuestro lado.
LA DIETA IDEAL: NUTRICIÓN A MEDIDA
La elaboración de una dieta canina debe tener en cuenta la raza, el tamaño, la edad y el nivel de actividad del animal. Los perros de razas grandes tendrán requerimientos distintos a los de razas pequeñas, y así varía también entre cachorros, adultos y seniors. Un balance adecuado de proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales es fundamental para mantener su salud general. Por ejemplo, los ácidos grasos Omega 3 y 6 favorecen un pelaje brillante y sano, mientras que el calcio fortalece sus huesos y dientes.
Una ingesta adecuada de fibra puede ayudar a regular la digestión y, al mismo tiempo, administrar apropiadamente los carbohidratos evita oscilaciones en los niveles de azúcar en sangre del perro, previniendo así la obesidad y la diabetes. Los cachorros en crecimiento necesitan, por su parte, más calcio y fosforo, así como un contenido más alto de proteínas para favorecer un desarrollo óptimo.
EL EJERCICIO TAMBIÉN IMPORTA: ACTIVIDAD Y ALIMENTACIÓN
El ejercicio es otro pilar fundamental para mantener a nuestros perros en forma. Una actividad física regular no solo refuerza su sistema musculoesquelético, sino que también ayuda a prevenir problemas de comportamiento asociados al aburrimiento o la ansiedad. Asegúrate de que la cantidad de alimento que le ofreces está en consonancia con su nivel de actividad física, para mantenerlo en su peso ideal y evitar sobrecargas en sus articulaciones.
Los perros de trabajo o aquellos que realizan una gran actividad física diaria pueden requerir una dieta con mayor aporte calórico, mientras que los más sedentarios necesitarán un ajuste en su ingesta para prevenir el sobrepeso. En cualquiera de los casos, es crucial adaptar la alimentación y ración diaria a sus necesidades energéticas específicas.
ENTRE EL VETERINARIO Y LA COCINA: ASESORAMIENTO Y RECETAS
Trabajar estrechamente con un veterinario es esencial para establecer una dieta que no solo sea segura, sino que también promueva una vida sana y activa para tu perro. El profesional puede ofrecerte recomendaciones y ajustes basados en exámenes regulares de salud y en el estilo de vida de tu mascota. Además, hay un tesoro de recetas especializadas para perros que satisfacen sus necesidades nutricionales a la vez que ofrece variedad en su dieta.
Cuando prepares comida casera para tu perro, asegúrate de que todos los ingredientes sean seguros y evita aquellos que hemos señalado como peligrosos. Algunas recetas pueden incluir carnes magras cocidas, verduras y cereales integrales adecuados para su consumo. Y siempre recuerda que las raciones han de ser adecuadas a las características y necesidades de cada perro, evitando la tendencia a la sobrealimentación.
Con información precisa, atenta vigilancia y una colaboración estrecha con los especialistas, podemos garantizar una nutrición apropiada y segura para nuestros canes. Asimismo, si surgen dudas sobre algún alimento o práctica, es preferible acudir a la fuente confiable de un veterinario antes de correr riesgos. De este modo, más allá de simplemente evitar alimentos nocivos, estamos construyendo un entorno de cuidado integral que beneficia a toda la familia.