Parecería que cada uno de nosotros sueña con el amor ardiente y mutuo. Contrariamente a las apariencias, hay personas que tienen un miedo terrible a amar y tener una relación cercana con otra persona. Esta condición se conoce técnicamente como filofobia. ¿De dónde viene este miedo al amor y hay alguna forma de lidiar con él? A continuación, te responderé estas interrogantes así que quédate y disfruta del contenido:
¿Qué es la filofobia?
Según la definición médica, la filofobia es un miedo anormal e infundado a enamorarse y tener una relación con otra persona. El miedo a la traición, a ser herido y al deber también se puede distinguir dentro de la filofobia. Algunos también justifican la filofobia con el miedo a perder la independencia y sentirse emocionalmente vulnerables. Puede manifestarse en una sensación de miedo a la implicación emocional, así como síntomas somáticos, como dificultad para respirar o latidos cardíacos acelerados. La mayoría de las veces surge como resultado de experiencias negativas del pasado, basadas en historias de amor. Tiene un gran impacto en la calidad de vida, abrumando significativamente a la persona y provocando también el sentimiento de soledad.
Causas de la filofobia
Como ya te mencione, la base de la filofobia son principalmente experiencias traumáticas del pasado, es decir, factores de comportamiento, pero también pueden ser creencias culturales y religiosas profundamente arraigadas en nuestra psique. Las causas más comunes de filofobia son:
- Experiencias emocionales desagradables, y a menudo incluso traumáticas, en las relaciones interpersonales. Estas pueden ser experiencias relacionadas con la pareja, así como con los padres u otros miembros de la familia primaria
- La infancia en una familia tóxica, dominada por las peleas entre los padres, que a menudo conducen al divorcio
- Miedo a estar en relaciones emocionales relacionadas con la necesidad de tener relaciones sexuales (se aplica especialmente a las víctimas de violación o acoso sexual);
- Considerar las relaciones amorosas como incompatibles con los dogmas religiosos y equivalentes al pecado
- Baja autoestima, provocando un sentimiento de miedo de ser utilizado por la otra persona
- Aversión a otras personas basada en la falta de confianza
- Estados depresivos.
Como ves, las causas de la filofobia son muy diversas, lo que la convierte en una enfermedad compleja y multifactorial, lo que se traduce en diferentes síntomas y dificultades a la hora de implantar un tratamiento adecuado.
Síntomas de la filofobia
La filofobia es sin duda uno de los trastornos mentales que juegan un papel importante en nuestra vida diaria en sus distintos niveles. Ocurre con la misma frecuencia en mujeres y hombres, especialmente porque no está determinado por ningún factor genético o biológico. Puede ser permanente o periódico y tomar varias formas. Esto dificulta realizar un diagnóstico de forma rápida y eficaz, lo que hace que muchas veces las personas que padecen filofobia no sean plenamente conscientes de la gravedad del problema durante muchos años. De hecho, además del miedo percibido, otros síntomas conductuales de la filofobia incluyen:
- Renuencia a establecer vínculos afectivos con otras personas
- Ansiedad y nerviosismo ante el mero pensamiento de hechos relacionados con el amor o estar enamorado
- Renunciar a la vida social y evitar lugares donde pueda encontrarse con personas que muestren sentimientos (por ejemplo, restaurantes, cafés, parques)
- Aislarte de la sociedad
- Negativa a participar en celebraciones relacionadas con la celebración del amor, por ejemplo, bodas o banquetes de bodas.
Vale la pena recordar, sin embargo, que la fotofobia como fobia social también puede manifestarse en síntomas somáticos, que aparecen con mayor frecuencia al pensar en el amor, durante conversaciones al respecto o como parte de diversas circunstancias sociales. Los síntomas somáticos de la filofobia en esta situación también pueden ser:
- Latido del corazón acelerado
- Dificultad para respirar
- Dolor de estómago
- Náuseas
- Dolores de cabeza
- Fuerte sudoración
- Temblor de todo el cuerpo
- Desmayo
Tratamiento de la Filofobia
La filofobia, al igual que otros trastornos mentales fóbicos, puede tratarse, pero requiere que la persona perturbada no subestime el problema y comprenda que conduce a cambios desfavorables en su vida. El paso más importante a dar es acudir a un especialista en psicología o psiquiatría, quien guiará al enfermo de tal forma que cambie su forma de pensar y trabaje las causas de su filofobia.
En la mayoría de los casos, la técnica básica de trabajo en el tratamiento de la filofobia es la terapia cognitivo conductual. Te permite identificar nuestras creencias subyacentes y cambiar los escenarios que creas en nuestra mente que nos hacen decidir renunciar al amor para evitar un sufrimiento potencial.
Además de la terapia cognitivo-conductual, que nos permitirá comprender y trabajar las causas conductuales del problema, también son importantes en la terapia los estímulos que permitan controlar los síntomas somáticos. Este tipo de actividades se conocen como terapia de exposición. Empiezas, por supuesto, por factores delicados, como salir a lugares donde sea posible observar parejas de enamorados o conocer gente en eventos especiales, terminando por intentar salir de forma independiente y establecer vínculos afectivos con la otra persona.
En el caso de la filofobia, la farmacoterapia se utiliza relativamente raramente. La mayoría de las veces, los psiquiatras deciden usarlo cuando, además de la ansiedad, el paciente tiene síntomas somáticos extremadamente severos y cuando la filofobia se acompaña de estados depresivos.
Ciertamente, sin embargo, se debe reconocer que la filofobia es una condición que se puede tratar y, lo que es más importante, vale la pena tratar. Incluso si no encuentras un gran amor más adelante en la vida, ver este sentimiento correctamente y poder disfrutar de las relaciones con otras personas hará que la vida cotidiana sea mucho más fácil.