Los trastornos de la personalidad son patrones generalizados de percepción, experiencia y comportamiento de una persona que difieren significativamente de las expectativas de la cultura de la que procede. Estos patrones persisten a lo largo del tiempo, son estables, inflexibles y formas profundamente arraigadas de ver el mundo, entender a los otros y de relacionarse con los demás. Estos trastornos suelen ser intensamente desadaptativos y cuando los individuos afectados por ellos lo viven a lo largo de muchos años, se vuelven patrones característicos tanto a nivel conductual como emocional.
La clasificación moderna de los trastornos de la personalidad se realiza sobre la base de una variedad de criterios. Estos patrones se reflejan en la capacidad del individuo para relacionarse con los demás, para gestionar conflictos interpersonales, para la regulación emocional, para adaptarse a los cambios en el entorno y para tomar decisiones prudentes. La comprensión, identificación y tratamiento de los trastornos de la personalidad requiere conocimientos médicos y la obtención de un diagnóstico profesional calificado. Afortunadamente, con el avance de la psicología, hay distintos tratamientos efectivos para estos trastornos que permiten mejorar considerablemente la calidad de vida y proporcionar una mayor adaptación social.
Índice
Qué son los trastornos de la personalidad
Los trastornos de la personalidad poseen muchas características distintivas, pero hay ciertos aspectos que los unen a todos. Estos trastornos tienen su origen en la infancia, comúnmente irán cambiando a lo largo de la vida aunque la forma en que presentan los síntomas se vuelve cada vez más evidente y tendrá un impacto significativo en la calidad de vida. Por lo general, los trastornos de la personalidad afectan tanto a la vida personal como a la profesional de la persona afectada.
Los trastornos de la personalidad se asocian a una variedad de síntomas, entre los que se encuentran problemas de regulación de la emoción, un alto nivel de ansiedad, dificultades para establecer y mantener relaciones saludables con los demás, riesgo aumentado de abuso de alcohol y drogas, problemas en el lugar de trabajo y problemas sociales en las comunidades a las que pertenecen. Estos síntomas pueden variar en severidad y algunos trastornos como el Trastorno límite de la personalidad poseen síntomas mucho más graves que otros.
Los trastornos de la personalidad se dividen en 3 grandes grupos: trastornos de la personalidad, trastornos disociales y trastornos afectivos. Cada grupo posee sus diferentes síntomas y tratamientos. Por ejemplo, los trastornos de personalidad generalmente se caracterizan por conductas o formas de ser inflexibles, irritables y agresivas. Mientras que los trastornos disociales se caracterizan por cambios en el comportamiento, así como por dificultades para el control de impulsos, desafiando las convenciones sociales y la autoridad. Finalmente, los trastornos afectivos se caracterizan por una regulación inestable de las emociones, sentimientos y estados de ánimo y afectan el estado de ánimo de un individuo.
Cómo identificar los trastornos de la personalidad
Los trastornos de la personalidad tienen sus raíces en la infancia, de allí que sea necesario prestar especial atención a los niños de temprana edad para detectar los primeros síntomas. Estos síntomas pueden ser variados, por ejemplo una persona con trastorno de personalidad puede ser codiciosa, manipuladora, incurrir en conductas autodestructivas, ser hiperactiva, insegura, exhibir comportamiento paranoico, estar ‘fuera de lugar’, ser más dependiente que la media y tener baja tolerancia a la frustración.
Los signos y síntomas de los trastornos de la personalidad son variados y poco específicos. De ahí que sea muy difícil para una persona sin formación en el tema detectar un trastorno de la personalidad. Por lo tanto, es recomendable acudir a un profesional calificado para el diagnóstico de estas patologías. Los profesionales sanitarios realizarán una evaluación minuciosa para detectar los síntomas, prescribir el tratamiento apropiado y definir los avances a lo largo del mismo.
La orientación profesional es uno de los principales factores para el diagnóstico de los trastornos de la personalidad. Algunos profesionales realizan la identificación a través de preguntas estructuradas acerca de los síntomas, mientras que otros usan técnicas como terapia cognitivo-conductual o análisis por representantes para definir los principales factores de riesgo. En cualquier caso, el diagnóstico se realizará siguiendo los criterios y guías establecidas por el «Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders» (DSM-5).
Cómo abordar los trastornos de la personalidad con ayuda profesional
Una vez que se ha detectado un trastorno de la personalidad, es recomendable la búsqueda de ayuda profesional para un correcto abordaje. La psicoterapia es la mejor herramienta para el tratamiento de estos trastornos, especialmente la terapia cognitivo-conductual, que se basa en la modificación de los pensamientos y las actitudes negativos.
Algunos profesionales usan también medicamentos como ayuda para los tratamientos de trastornos de la personalidad, aunque se recomienda que este sea usado como un método complementario a la psicoterapia, ya que la medicación puede mitigar los síntomas de forma temporal, pero no curar el trastorno de manera permanente.
Otras herramientas que pueden ser usadas para abordar los trastornos de la personalidad son, la terapia interpersonal, la terapia de grupo, el mindfulness, la terapia sistémica y otras. Estas herramientas pueden ayudar a las personas afectadas a entender mejor el trastorno y promover el cambio de comportamiento a través de técnicas específicas.
Además, hay otras ayudas como los apoyos comunitarios que permiten agregar a la terapia más herramientas para mejorar el comportamiento de la persona y reducir los síntomas relacionados con problemas de la personalidad.
Los amigos y la familia también pueden ofrecer ayuda a las personas con trastornos de personalidad. Los allegados pueden que ofrezcan sugerencias sobre el tratamiento, así como apoyo emocional, para ayudar a la persona afectada a lidiar mejor con el trastorno.
Ventajas del tratamiento de los trastornos de la personalidad
Los trastornos de la personalidad afectan severamente la calidad de vida de la persona afectada, poniendo también en riesgo la estabilidad de los vínculos emocionales. Por ello, es esencial acudir a un profesional para el tratamiento de estas patologías.
Uno de los principales objetivos del tratamiento es reducir los síntomas ya sean físicos o emocionales. Pero además de esto, el tratamiento también ofrece otras ventajas: disminuye los esfuerzos anímicos empleados en lidiar con los síntomas del trastorno, aumenta el nivel de energía y también ayuda a la persona enferma a mejorar su imagen personal, así como su autoestima y su ánimo.
Otra ventaja de encarar un tratamiento es el descenso de los niveles de ansiedad. Esto puede llevar a la persona a un estado de confianza y seguridad más saludables. Además, un tratamiento puede ayudar al individuo a identificar sus preocupaciones y a centrar su atención en objetivos realistas y saludables.
Finalmente, las personas con trastorno de personalidad tratadas de forma profesional pueden ver mejoras en sus relaciones interpersonales. La terapia puede proporcionar a las personas herramientas para una mejor comunicación y, además, promover el encuentro de formas para satisfacer sus necesidades de forma saludable.
Conclusiones
Los trastornos de la personalidad son patrones generalizados de percepción, experiencia y comportamiento en un individuo que poseen su origen en la infancia, y es extremadamente difícil detectar su presentación sin la ayuda de un profesional calificado. La comprensión, identificación y tratamiento de estos trastornos debe realizarse siguiendo los métodos establecidos.
La ayuda profesional proporcionada por los psicólogos es una herramienta fundamental para el tratamiento de los trastornos de la personalidad. La terapia cognitivo-conductual, así como distintos tratamientos farmacológicos pueden ayudar a reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Además, la familia y los amigos pueden proporcionar apoyo emocional para combatir el trastorno.
En conclusión, abordar los trastornos de la personalidad con ayuda profesional brinda muchas oportunidades para mejorar la calidad de vida de los pacientes, permitiéndoles aprender a manejar los síntomas de forma saludable y manejar de forma positiva las relaciones interpersonales.