A principios de la década de 1970, una nueva forma de terapia se originó en la psicología clínica conocida como terapia cognitivo-conductual. En su esencia misma, esta terapia es un enfoque de intervención psicológica que se enfoca en cambiar y mejorar los pensamientos, sentimientos y comportamientos de un paciente.
Esta modalidad de terapia se basa en la creencia de que, al clarificar pensamientos y sentimientos negativos, una persona puede experimentar beneficios, un mayor potencial de recuperación y una mejor gestión de sus emociones. Esta investigación profundizará en los principios y los beneficios de la terapia cognitivo-conductual.
Índice
¿Qué es la terapia cognitivo-conductual?
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es un enfoque de tratamiento psicológico clínicamente utilizado para tratar una variedad de problemas mentales o emocionales. Esta terapia se centra en comprender y reemplazar los pensamientos, sentimientos y comportamientos negativos de una persona con patrones más saludables. Su nombre es un homenaje a dos escuelas distintas de la psicología: la teoría cognitiva y la psicología conductual. Los psicólogos y profesionales de la salud mental normalmente recurren a este enfoque para tratar problemas de depresión, ansiedad, trastornos de la personalidad y comportamiento.
Los psicólogos y los terapeutas que utilizan esta terapia se basan en aproximadamente ocho principios generales, que se centran en la idea de aprender nuevas habilidades y estrategias para mejorar el funcionamiento de una persona. La teoría cognitiva-conductual se basa en la idea de que la mente humana controla el comportamiento, y no al revés. Los conceptos clave incluyen psicoterapia cognitiva, exposición y entrenamiento para la respuesta conductual. A su vez, la TCC tiene una focalización en la asociación entre eventos, lo que significa que los sentimientos, pensamientos y acciones están interrelacionados.
Escala de los resultados y tarifas
Una de las mayores fortalezas de la terapia cognitivo-conductual es su enfoque de término corto para la mejora de la fuerza mental. Habitualmente, un terapeuta llevará a cabo evaluaciones clínicas y un programa estructurado con el propósito de determinar los resultados a corto y largo plazo de un paciente. Los costes y tarifas de la TCC pueden variar de un terapeuta y una región a otra, pero se espera que cumplan a cabalidad con el Código de Ética y Conducta Profesional establecido por el Colegio Internacional de Psicoterapeutas.
La terapia cognitivo-conductual se centra en la atención plena o en la descripción detallada de lo que se experimenta, en lugar de centrarse en tratar los síntomas o en diagnosticar los problemas. El propósito real es la consciencia o reconocimiento de los propios pensamientos y sentimientos. Esto permite que un terapeuta identifique fuertes sentimientos y emociones negativas, así como comportamientos destructivos que limitan el funcionamiento estable y saludable de un paciente. A su vez, la TCC es un método efectivo para mejorar el autoconocimiento de un paciente, y para identificar pensamientos, sentimientos y comportamientos dañinos.
Modelo de la experiencia somática
Un aspecto importante de la terapia cognitivo-conductual es el papel de la somatización en los trastornos psicológicos. Por ejemplo, el modelo de la experiencia somática considera que los sentimientos y las emociones pueden afectar a un individuo, no solo a nivel psicológico, sino también a nivel fisiológico. Básicamente, esto significa que un profesional de la salud mental puede recurrir a la TCC para tratar una variedad de síntomas somáticos en relación con el comportamiento negativo o emociones difíciles. Esto se logra mediante la reestructuración cognitiva, una técnica de terapia en la cual el terapeuta ayuda al paciente a identificar y desafiar pensamientos negativos o patrones de conducta dañinos.
En la TCC, también existe el principio de terapia-respondente, o aprendizaje de respuesta. Este principio implica que un experto en salud mental puede modificar o cambiar los pensamientos, sentimientos o comportamientos negativos de un paciente por medio de una habilidad o estrategia específica. El terapeuta entonces refuerza una respuesta alternativa específica hasta que se interiorice como un comportamiento normal o reflexivo para el paciente. Esta forma de terapia es eficaz para el tratamiento de trastornos mentales como depresión, ansiedad y trastornos relacionados con la personalidad.
Enfoque de terapia familiar
Otro concepto clave en la terapia cognitivo-conductual es el enfoque de terapia familiar. El objetivo de esta terapia es ayudar a las familias a adquirir habilidades de comunicación y habilidades de afrontamiento efectivas, con la intención de mejorar los patrones de interacción entre miembros de una familia. Algunos ejemplos clave de habilidades de terapia familiar incluyen la escucha activa, el trabajo en equipo, la escritura, la toma conjunta de decisiones, la compresión empática y la responsabilidad compartida. Estas habilidades ayudan a los miembros de una familia a mejorar la calidad de sus relaciones a largo plazo.
En la práctica, la terapia cognitivo-conductual se centra especialmente en el tratamiento de comportamientos. El tratamiento de comportamiento se dirige al desarrollo de un comportamiento adaptativo, utilizando diversas técnicas como la exposición en vivo o la terapia de imaginación aversiva. Al mismo tiempo, algunas técnicas de entrenamiento para el comportamiento pueden ser un factor crítico para la gestión del estrés o los trastornos alimenticios. La finalidad de este enfoque es utilizar estrategias prácticas para mejorar los comportamientos nocivos y los pensamientos autodestructivos de un paciente.
Comprensión y conducta inadaptada
La teoría cognitiva-conductual se basa en la idea de que los sentimientos, los pensamientos y las acciones están interrelacionados. Esto significa que se necesita tener comprensión sobre los factores afectivos subyacentes que pueden ser responsables de tar conductas inadaptadas. Por ejemplo, los expertos pueden recurrir a la TCC para entender el comportamiento autodestructivo, como las adicciones, la comida o los comportamientos de la vida real. Esta comprensión ayuda a los profesionales de la salud mental a desarrollar estrategias de tratamiento óptimas para abordar los comportamientos inadaptados.
Finalmente, la terapia cognitivo-conductual se ha demostrado como una opción terapéutica eficaz para el tratamiento de problemas mentales y emocionales. Los principales beneficios para el paciente incluyen una mayor auto-comprensión y conciencia, mejoras en los problemas de autoestima, una reducción de los síntomas ansiosos o depresivos y una mayor aptitud para enfrentar desafíos emocionales de la vida cotidiana. Además, los pacientes que reciben terapia cognitivo-conductual tienen mayor probabilidad de mejorar sus relaciones similares como familia, amigos o pareja.