Hacer ejercicio en verano es beneficioso por varias razones. En primer lugar, el clima cálido y soleado del verano ofrece la oportunidad de realizar actividades al aire libre, como caminar, correr, nadar o montar en bicicleta. Esto permite explorar nuevos entornos, disfrutar de la naturaleza y romper la rutina del ejercicio en interiores.
Combatir el aumento de peso en verano
Además, el ejercicio en verano ayuda a mantenernos en forma y combatir el aumento de peso que suele ocurrir durante esta temporada. Con el calor, nuestro cuerpo tiende a sudar más, lo que nos ayuda a eliminar toxinas y a mantenernos hidratados.
Sin embargo, es importante tener precaución y tomar medidas para evitar la deshidratación, como beber suficiente agua antes, durante y después del ejercicio.
Otro beneficio es que el ejercicio en verano puede mejorar nuestro estado de ánimo y reducir el estrés. La exposición al sol estimula la producción de vitamina D, que está relacionada con la mejora del estado de ánimo y la reducción de la depresión. Además, el ejercicio libera endorfinas, conocidas como las «hormonas de la felicidad», que nos hacen sentir bien y más relajados.
Es importante tener en cuenta algunas precauciones al ejercitarse en verano. Se recomienda evitar las horas más calurosas del día, como el mediodía, y preferir las primeras horas de la mañana o las tardes, cuando la temperatura es más suave.
Además, es fundamental proteger la piel del sol aplicando protector solar y usar ropa adecuada que permita la transpiración.
Hacer ejercicio en verano es beneficioso para mantenernos en forma, disfrutar del aire libre y mejorar nuestro estado de ánimo. Es importante tomar precauciones para evitar la deshidratación y proteger nuestra piel del sol.
Personas de todas las edades y niveles de condición física pueden hacer ejercicio durante el verano. Sin embargo, es importante tomar ciertas precauciones y adaptar la rutina de ejercicios al clima cálido.