La alimentación es una de las partes fundamentales en nuestro bienestar personal. Establecer una relación saludable con la comida es un aspecto que no siempre se consigue y que muchas veces conlleva a trastornos alimentarios, que afectan seriamente tanto la salud física como emocional.
No obstante, ¡es posible mantener una adecuada relación con la comida! Aquí te presentamos algunas claves para prevenir los trastornos alimentarios.
Índice
Fomenta el placer del comer
Un estilo alimentario saludable implica que comas lo suficiente para satisfacer tus necesidades nutricionales en lugar de acudir al significado que otros les asignan a los alimentos. En lugar de ver todos los alimentos como buenos o malos, aprende a verlos como una parte fundamental de tu bienestar y ventaja a tu salud. Esto te permitirá disfrutar del placer del comer sin llegar a pasar hambre o comer demasiado.
Comer de manera consciente y con placer te ayudará a cultivar la convivencia de la comida con el placer en lugar de verlas como vías opuestas. Esto significa poner atención al sentir de hambre y saciedad, saborear la comida gracias a todos los sabores y texturas que ofrece, elegir alimentos saludables que te hagan sentir bien, y comer porque realmente tienes hambre.
Además, no olvides que la comida también se relaciona con otros factores de la vida como los momentos compartidos con familiares y/o amigos. Establecer una relación saludable con los alimentos no significa renunciar a los momentos de disfrute con cercanos. Puedes elegir los alimentos según tus necesidades y el entorno, pero sin necesidad de sentir culpa por consumirlos.
Comprende el uso de distintas dietas
Es muy importante tener en cuenta que hay diferentes maneras de alimentarse en la vida actual y que, en muchos casos, se utilizan para tratar algunas enfermedades nutricionales. Estas dietas se clasifican según una variedad de factores, como gustos personales, edad, sexo, nivel de actividad física, entorno y otras. Estas variaciones pueden conllevar a un régimen de alimentación específico para tus necesidades.
En tal sentido, es importante diferenciar entre una restricción alimentaria saludable y la desinformación alimenticia. Una restricción alimentaria saludable es aquella que sigues por unos días y responde a tus necesidades nutricionales. Dale el valor que merece para sin excluir los alimentos de manera permanente en tu estilo de vida. Por otra lado, la desinformación alimenticia es aquella indicación errónea o falsa que conlleva a restringir los alimentos por motivos poco específicos y sin contar con la consejería de un profesional.
Respetar los gustos de cada uno y la elección de alimentos variados como parte de una dieta equilibrada son aspectos fundamentales. Al elegir un estilo de vida saludable no hay que olvidar que una dieta balanceada es aquella que se basa en una variedad de alimentos saludables sin rechazar ninguna de las categorías nutricionales; muy por el contrario, debería incluir proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas, minerales y fibra.
Aprende a conectar con tu cuerpo
Es indispensable interiorizar el valor de un cuerpo saludable. Nuestros cuerpos nos hablan y necesitamos escuchar sus mensajes para lograr un estado de equilibrio en buena parte de nuestras necesidades diarias. Por ello, es imprescindible prestarle atención y respetar los mensajes que nuestro cuerpo nos lo desea.
Contar con una actitud de aceptación y comprensión hacia el propio cuerpo es la clave para el autoconocimiento. Esto nos permitirá conectar con nuestro estado en el momento presente sin juzgarnos. Si nos sentimos demasiado llenas, reconocemos nuestra saciedad. Si hacemos ejercicio para vernos mejor, reconocemos el placer que nos produce el movimiento.
La práctica de hacer respetar al cuerpo a través de la alimentación juega un papel clave para algunas personas. Ya sea a través de la conexión sensorial con los alimentos, o bien a través del autocuidado y el respeto de las necesidades básicas del cuerpo, el hecho de asumir nuestras preferencias personales frente a los alimentos es un paso decisivo hacia la reconciliación con la comida.
Cultiva una actitud positiva hacia el cuerpo
Es importante aceptar nuestro cuerpo tal como es y asumirlo como una expresión única y maravillosa, compuesta por características físicas, emocionales y mentales. Esto reprueba la idea de mirar al cuerpo con una semblanza motivada por la idea estética de la sociedad.
Practica actividades que fomenten una imagen positiva de ti misma. Esto incluye no solo el cuidado personal como ducharse, vestirse y cuidar la salud, sino también actividades que nutran tu mente. Por ejemplo, meditar, practicar yoga, pasear al aire libre, leer o lo que desees estableciendo un conexión profunda contigo y con la naturaleza.
Comprende y respeta que tu cuerpo es más que su apariencia, pues alberga tus historias de vida. A medida que desarrolles una actitud positiva hacia tu cuerpo, también desarrollarás una relación saludable con la comida. Acepta tu cuerpo como una herramienta para conectarte con lo que realmente importa, los momentos de vida compartidos con tus seres queridos.
Sigue tu propia pauta nutricional
Es esencial comer para si mismo y alimentarse según las necesidades individuales, más que seguir protocolos de alimentación masificados. Aplica pasos simples como escuchar tus señales de hambre y saciedad, sin seguir estrictamente un horario fijo para comer. Esto significa considerar tus propios horarios internos, las sensaciones que tienes a medida que va avanzando el día y así sucesivamente.
No compares tu dieta con la de los demás, pues esto solo puede aumentar la sensación de que no estás haciendo lo suficiente por tu salud. Además, no permitas que las opiniones de otros obstaculicen la enriquecedora y saludable dieta personal.
Recuerda que tus hambre y límites nutricionales son únicos y deben ser respetados; muchas veces este valor es subestimado. Observa tus sensaciones, respétala y trátala de manera amable. Haciendo esto, podrás crear una relación segura y saludable con la comida.
Trastornos alimentarios: Practica la no dieta
Es importante eliminar la conceptuación de «la dieta perfecta» asumiendo que nuestras necesidades cambian de un día a otro. La idea de no dieta se basa en el hecho de comer según la individualidad que es el régimen alimentario específico que es único para tu cuerpo y que puede variar a lo largo del tiempo.
Esto implica liberarse del efecto «yo-yo» de las dietas aceptando tus necesidades nutricionales alimenticias, sin tratar de luchar contra los cambios en tu cuerpo o aliviar los malestares al comer o no comer ciertos alimentos. Esto es más que solo una dieta, es un ejercicio para cuidar tu salud mental saludable a largo plazo.
Recuerda que la prevención es fundamental y las soluciones para mejorar la salud no se enfocan en mejorar la apariencia. De esta forma, la no dieta es un concepto posible, que se enfoca en el autocuidado y la salud personal profunda en lugar de seguir los protocolos alimentarios externos. Esto implica comer sin codicia y sin culpa, algo que podemos lograr pasito a pasito.
Enfoca el alimento en la salud
Entender que el alimento como fuente de salud es un paso positivo para una correcta relación con la comida. Cuando nuestra alimentación es saludable, nuestros cuerpos funcionan mejor y contamos con mayor resistencia frente a enfermedades.
Es importante entender los cambios en el cuerpo como parte de la transformación vital, la cual puede ser influenciada de forma positiva con la alimentación. Además, es necesario hacer un recorrido interno para reconocer que el cuerpo responde de forma diferente a la comida según nuestras necesidades en cada momento.
Enfocar la comida en la salud implica adquirir conciencia acerca de lo que comemos. Esto significa sacar el mayor provecho de los alimentos saludables, eligiendo aquellos que satisfagan tus necesidades nutricionales. De esta manera, comer kosher, vegetariano, vegano o cualquier otro estilo alimentario no se trata de esforzarte por cumplir con el cuerpo para cumplir con el peso, sino de alimentarte para la salud y el bienestar individual.