No solo el desarrollo del cuerpo humano, sino también las experiencias sexuales tempranas o la influencia negativa del medio ambiente pueden afectar la aparición de trastornos sexuales en mujeres y hombres.
¿Quién tiene mayor riesgo de desarrollar impotencia psicógena? Personas emocionalmente inmaduras, con problemas de identificación de género o con tendencias homosexuales ocultas. ¿Cómo puedes ayudarte a ti mismo? Continúa leyendo este artículo.
¿La psique afecta la vida sexual?
Sucede que el problema con el sexo no se deriva solo de la vergüenza, sino también de factores de desarrollo, de personalidad y psicológicos. La maduración en una familia patológica, los patrones de comportamiento familiar anormales y los conflictos de los padres pueden tener un impacto en la vida sexual humana en el futuro.
La falta de aceptación, amor y apoyo para un niño puede distorsionar la imagen de uno mismo y resultar en no aceptar el género de uno. El rigor excesivo y la frialdad emocional agudizan los complejos, lo que se traduce en dificultades para establecer relaciones duraderas y valiosas.
También las dificultades en la niñez y la adolescencia, así como los patrones anormales, pueden conducir a trastornos sexuales en la edad adulta. Las características típicas que predisponen a los trastornos son:
- Timidez
- Neurotízmo
- Fobias sexuales
- Complejos
Las personas afectivamente inmaduras que tienen problemas con la identificación de género o inclinaciones homosexuales ocultas tienen más probabilidades de desarrollar impotencia psicógena.
En este caso, se necesita ayuda especializada: sexología y psicoterapia: el tratamiento es de gran importancia para tu salud mental y la relación con tu pareja. La clave de la felicidad es armonizar lo que el cuerpo necesita y lo que la mente está de acuerdo.
Aceptación del propio cuerpo y sexo exitoso
Las imperfecciones corporales y la sensación de discapacidad dificultan que tanto la mujer como el hombre actúen libremente durante las relaciones sexuales. Los medios también fortalecen los complejos, promoviendo formas perfectas, tez hermosa, juventud y confianza en uno mismo.
Y aunque sabemos que es solo un truco, la sombra de la insatisfacción con uno mismo aumenta gradualmente. Las investigaciones muestran que las mujeres son más críticas con sus propios cuerpos que los hombres.
En Europa Occidental, del 50 al 80 por ciento de las mujeres ven defectos en su propia apariencia y más de la mitad de ellas encuentran defectos que otros no pueden ver. Las mujeres se quejan con mayor frecuencia de las piernas, los senos, las caderas y el estómago, mientras que los complejos masculinos se refieren principalmente a los músculos, el tamaño del pene y el cabello.
Alrededor del 40 por ciento de los hombres están insatisfechos con su cuerpo. Sin embargo, resulta que cuando se miran en el espejo, los hombres suelen verse más guapos de lo que realmente son. Uno de los principios básicos de una vida sexual exitosa es la autoaceptación.
¿Cómo afectan la vergüenza y los complejos a la calidad de las relaciones sexuales?
El sentimiento de vergüenza en situaciones íntimas obliga a la pareja a estar constantemente alerta, por lo que resulta difícil relajarse y concentrarse en las sensaciones agradables. Estamos tratando de suprimir y desplazar los complejos de conciencia.
Como resultado, congelamos los sentimientos restantes, dejando de ver y respetar no solo nuestra propia vergüenza, sino también la de nuestra pareja. Nos elevamos humillando a los demás al sentirnos mejor con ello y nos esforzamos por alcanzar la perfección con tanta eficacia que nadie puede culparnos por nada.
Todos los comportamientos compulsivos (abuso de alcohol, comer compulsivamente, etc.) adormecen temporalmente el sentimiento de las propias imperfecciones. Como resultado, una persona se vuelve aún más confusa, su potencial de satisfacción sexual disminuye y se distancia cada vez más de las personas.
La cercanía, confianza y el sexo
La honestidad y la cercanía entre las parejas permite superar los mayores secretos o incertidumbres humanas. Hablar sobre lo que realmente sentimos, cómo nos percibimos, lo que negamos en nosotros mismos, nos acerca a nuestra pareja.
Ganamos libertad y satisfacción con nuestro propio físico mientras aumenta nuestro atractivo sexual. Muchas personas dejan de tener miedo a hablar y no solo adquieren el coraje de perseguir sus propias fantasías sexuales.
Es sumamente importante distanciarse de uno mismo, del entorno y de las normas impuestas por los medios. Un sentido de tu propia singularidad te permite aceptar tu cuerpo. Los intentos de acercarnos a una pareja serán tanto más efectivos cuanto más aceptemos nuestros pequeños defectos.