En cualquier relación puede haber aburrimiento, desánimo y distanciamiento mutuo. No existe una regla en qué etapa de su duración pueden surgir los problemas derivados de la falta de deseo sexual.
Además, cuando empezamos a evitar el sexo con una pareja, puede ser señal de una crisis que amenaza con dividirnos a largo plazo. Descubre en este artículo cómo identificar las causas de una crisis de lujuria en tu relación y cómo remediar los problemas para restaurar la cercanía y el deseo sexual.
Menos deseo de relaciones sexuales: ¿cuándo aparece?
Muchas parejas tienen problemas para acercarse, lo cual puede deberse a un deseo reducido de tener relaciones sexuales. Tales problemas pueden surgir en cualquier etapa de la relación. Las razones del deterioro de la calidad de vida sexual pueden ser factores relacionados con el estado de salud y relacionados con las emociones, la psique, la forma de pensar y evaluar.
Para volver a disfrutar del sexo, es necesario comprender las razones por las que hay menos interés en esta área de la vida. Al comienzo de una relación, las mujeres tienden a ser tímidas y restringidas a la hora de experimentar. Sin embargo, a medida que envejecen, pueden desarrollar más coraje y apetito por el sexo.
Desafortunadamente, es posible que no tengan el coraje de decirle a su pareja lo que quieren y lo que les gustaría cambiar durante el coito. En cambio, los hombres, tras varios años de acecho y sugerencias sobre la posibilidad de enriquecer la vida en el dormitorio, suelen desistir.
Creen que tienen una pareja fría y poco espontánea que, a pesar de sus mejores esfuerzos, no estarán a la altura de sus expectativas. Algunos hombres comienzan a sospechar una disminución de la libido y pérdida de la función sexual.
Por lo mismo, ocurre que los casos individuales de problemas de erección desaniman a continuar con la actividad. Los caballeros tienen mucho miedo a la vergüenza, lo que intensifica aún más su miedo al sexo.
Malentendido en una relación y el sexo
Una conversación honesta sobre lo que siente y necesita la pareja, una definición clara de las expectativas, puede cambiar la vida íntima de ambos. La conversación puede estar inspirada en salir a cenar juntos o en cualquier situación que haga que los enamorados se sientan relajados.
Una conversación en común ayudará a aliviar la tensión, domar los miedos y las frustraciones, y también conducirá a que se acerquen más. El aumento de responsabilidades, las grandes expectativas de los demás y los agravios mutuos aumentan el sentimiento de frustración, ira y desánimo hacia la pareja.
Ambas partes se sienten subestimadas y los primeros planos ocurren accidentalmente, con prisa, sin participación. Un hombre que renuncia al sexo es acusado de desinterés por su pareja o de engaño, mientras que una mujer que aparentemente no está interesada en el sexo priva a su pareja de la confianza en sí mismo porque deja de creer que es una buena pareja para el sexo.
Basta con que una de las partes haga un gesto hacia la otra, y esta última sentirá un cambio. Los elogios y el reconocimiento o la admiración no tienen por qué ser especialmente sofisticados: son para animar y abrir a la pareja, no para abrumarla ni disgustarla. Pequeños gestos y refuerzos cotidianos ponen a las personas en una actitud positiva y los inspiran a la cercanía.
Una mujer a menudo reprime y oculta su arrepentimiento y enojo hacia su pareja. Cuando un hombre no apoya y no ayuda como a su pareja le gustaría, cada vez aparece más la soledad y el resentimiento, lo que causa que ambos estén aún más distantes entre sí. Por ello, un hombre necesita escuchar lo que está haciendo mal y lo que su pareja espera de él.
¿Qué aumenta el deseo de tener relaciones sexuales?
Las parejas sienten con mayor frecuencia la necesidad de acercamiento y el deseo sexual cuando pueden tomar un descanso de su trabajo y problemas diarios. En cuanto hay tiempo libre, un fin de semana prolongado, descubren el placer del sexo y la fascinación por sí mismos.
Establecer proporciones y marcar nuevas prioridades en las que nos preocupemos por la relajación, el descanso, el ejercicio y una buena alimentación no solo alargará nuestra vida, sino que redundará en un mayor deseo sexual.
La confianza en sí mismo y una mejor evaluación a los ojos de la pareja se pueden aumentar con un ligero cambio en la apariencia, el uso de perfume y enfatizando los encantos. Muchas veces, la respuesta a estos cambios será inconsciente y automática, aumentando así el deseo en el otro.
Evitar la rutina te ayuda a disfrutar del sexo. Tanto para hombres como para mujeres, los cambios en el cuerpo, su estado físico y su apariencia a veces son inaceptables. La imaginación de cómo deberíamos ser para una pareja mata la espontaneidad y la apertura en la esfera íntima, ya que empezamos a evitar situaciones de exposición total.
En este caso, los agentes farmacológicos y cosméticos o los tratamientos médicos pueden mejorar su apariencia y bienestar.
La llegada de un hijo y menos deseo sexual
A veces, después de dar a luz, la intimidad entre la pareja muere: la mujer se siente cansada, poco atractiva o temerosa del dolor. Por otro lado, el hombre se siente apartado y decepcionado de que a su pareja solo le importe el recién nacido.
La posibilidad de confiar un niño al cuidado de una abuela, una niñera y pasar tiempo juntos les permitirá reconstruir la cercanía. Pasar tiempo solo para dos y dar pequeños placeres, permite a los padres hacer frente a todos los problemas y volver a disfrutar de una relación de pareja sana y sexualmente activa en la medida de lo posible.