Al planificar una nueva instalación deportiva, tu nuevo jardín o local, los responsables de la toma de decisiones se enfrentan rápidamente a la cuestión de una superficie adecuada. Para tomar la decisión correcta, se deben comparar las propiedades ecológicas y económicas del césped artificial y el césped natural.
Propiedades de los tipos de revestimiento
El césped natural es, por supuesto, el clásico que despierta emociones como pavimento deportivo biológico y convence por su menor riesgo de lesiones. Una superficie de césped densa es la superficie deportiva óptima debido a sus características de juego, como la reducción de la fuerza, la resistencia al corte y las propiedades de deslizamiento.
Sin embargo, estas buenas condiciones se ven gravemente afectadas por el mal tiempo. El césped natural debe protegerse y cuidarse intensamente bajo la lluvia, las heladas y la nieve, lo que lleva a un límite de uso de unas 800 horas al año.
El césped artificial, por otro lado, es casi independiente del clima y, por lo tanto, también se puede jugar bien en invierno. La ropa deportiva de los jugadores se mantiene limpia incluso cuando llueve. Otro plus del césped artificial es la uniformidad de la superficie, muy beneficiosa para el juego estratégico, así como las posibilidades de uso polivalente.
Las características más convincentes son la alta intensidad de uso de aproximadamente 2000 horas al año, que aún ofrece suficiente capacidad de entrenamiento para muchos clubes deportivos con un solo campo deportivo, y el bajo esfuerzo de mantenimiento.