Las familias reaccionan de manera muy diferente cuando un miembro de la familia necesita psicoterapia. Muchos son solidarios, pero también hay familias que dificultan la psicoterapia o incluso la condenan al fracaso.
Este comportamiento negativo, que podemos observar una y otra vez, suele ser difícil de reconocer para el paciente. En otros casos, el impacto es tan grande que deciden suspender la terapia para mantener el equilibrio en la familia.
¿Cómo puede enfermarte la familia?
¿Cómo pueden las relaciones tener un impacto tan duradero y profundo? ¿Y cómo se devuelve la salud a la familia y se curan las relaciones dañinas?
Muchos pacientes en la práctica psicoterapéutica no buscan en la familia las raíces de su sufrimiento. Vienen con dolencias psicológicas como ansiedad, depresión, tristeza inapropiada o pensamientos obsesivos.
Sufren trastornos psicosomáticos o su comportamiento, por ejemplo, si comen demasiado o muy poco o fuman. Llevan mucho tiempo intentando sin éxito promover su salud a través de dietas, vitaminas o métodos alternativos de curación. Se someten a una amplia variedad de tratamientos antes de llegar a una psicoterapia adecuada.