La legislación española permite una serie de supuestos en los que una persona puede cotizar a la Seguridad Social sin trabajar.
En España, cotizar al sistema de Seguridad Social consiste en pagar periódicamente una cantidad de dinero al Estado, normalmente una parte del salario percibido por el ejercicio de una actividad laboral que se deduce automáticamente de la nómina. Esta obligación se aplica tanto a los trabajadores por cuenta ajena como a los autónomos o independientes.
¿Cuáles son los beneficios de estas cotizaciones?
A cambio de estas cotizaciones; que no deben confundirse con el impuesto sobre la renta, los trabajadores ganan el derecho a recibir diversas prestaciones en caso de desempleo, accidente, invalidez, maternidad o jubilación, por ejemplo.
La cotización al sistema de seguridad social está, por tanto, casi siempre ligada a tener un trabajo. Sin embargo, la legislación española permite una serie de supuestos en los que una persona puede cotizar sin trabajar.