Durante la adolescencia, los cambios emocionales, sociales y cognitivos generan un entorno de transformación constante, tanto para quienes lo viven como para quienes los acompañan. Uno de los desafíos más frecuentes en esta etapa es la ruptura o debilitamiento de la comunicación entre padres e hijos, lo que con frecuencia deriva en malentendidos, distancia afectiva y frustración mutua. En este contexto, el coaching orientado a jóvenes se presenta como una herramienta útil para restablecer el vínculo desde la comprensión, el respeto y la escucha.
Goldie Uttamchandani, life coach y especializada en procesos de desarrollo personal, impulsa un enfoque centrado en el coaching para adolescentes en Barcelona, con especial atención a la mejora del diálogo intrafamiliar. Su metodología propone atender no solo el contenido de lo que se dice, sino también el momento, el lenguaje y los canales a través de los cuales los adolescentes expresan sus inquietudes y emociones.
Comprender la comunicación más allá de las palabras
Una de las ideas clave de su planteamiento es que la escucha activa no se limita a las conversaciones explícitas. En la adolescencia, buena parte de lo que se siente o se desea comunicar se expresa de forma indirecta: a través de los gustos musicales, la elección de ropa, el tipo de series o contenidos que consumen, e incluso los silencios. Estas manifestaciones, a menudo interpretadas como desinterés o rebeldía, pueden ser leídas como formas alternativas de comunicación que requieren sensibilidad por parte del entorno adulto.
El coaching permite a los padres identificar estos lenguajes simbólicos y aprender a observar sin juicio, con el objetivo de construir un espacio relacional donde el adolescente se sienta comprendido en sus formas de expresión. Se trata de un trabajo que requiere constancia, pero que puede transformar por completo la calidad del vínculo familiar cuando se aplica de forma consciente.
Crear el contexto adecuado para el diálogo
Otra de las claves señaladas por Goldie Uttamchandani es que la comunicación no puede imponerse ni forzarse. Los momentos de mayor conexión suelen surgir en espacios ajenos a la rutina, donde desaparecen las tensiones asociadas al rendimiento, el conflicto o la exigencia. Actividades compartidas, trayectos, paseos o viajes generan situaciones relajadas en las que es más fácil que emerjan conversaciones espontáneas, honestas y significativas.
En este sentido, el coaching actúa como un catalizador para identificar esos espacios y aprender a gestionarlos como oportunidades. A través de herramientas adaptadas a cada caso, se trabaja en la construcción de una relación basada en el acompañamiento más que en el control, permitiendo que los adolescentes encuentren un entorno emocionalmente seguro para expresarse sin temor al juicio o a la corrección inmediata.
El trabajo de Goldie Uttamchandani en el ámbito del coaching para adolescentes en Barcelona plantea un enfoque integrador, donde la comunicación no se basa únicamente en las palabras, sino en la disponibilidad emocional y la capacidad de observar con atención. En un momento vital donde la identidad y el sentido de pertenencia están en plena transformación, la escucha activa se convierte en la herramienta más poderosa para construir puentes duraderos entre generaciones.