La piel es uno de los órganos más importantes y visibles de nuestro cuerpo, y su cuidado es esencial, especialmente a medida que cumplimos años. A partir de los 40, nuestra piel comienza a mostrar signos de envejecimiento como arrugas, pérdida de elasticidad y sequedad. Sin embargo, hay estrategias efectivas que se pueden implementar para mantener la piel joven y radiante.
3La importancia de la hidratación interna
No solo la hidratación externa es crucial, sino también la interna. Beber suficiente agua a lo largo del día ayuda a mantener la piel hidratada y flexible.
A medida que envejecemos, nuestra piel tiende a volverse más seca, por lo que es importante no solo consumir suficiente líquido, sino también alimentos ricos en agua, como frutas y verduras. Además, una alimentación equilibrada con ácidos grasos omega-3, presentes en pescados, nueces y semillas, puede ayudar a mantener la barrera cutánea.