La incomodidad de despertar con dolor de espalda es una experiencia que muchas personas han enfrentado alguna vez en su vida. Este tipo de dolor, que puede oscilar entre leve y severo, afecta la calidad de vida y puede ser un signo de problemas subyacentes que requieren atención.
8La edad y los cambios físicos
A medida que envejecemos, nuestro cuerpo pasa por una serie de cambios que pueden resultar en mayor riesgo de dolor de espalda. Los discos intervertebrales tienden a desgastarse con el tiempo, lo que puede llevar a condiciones como la artritis degenerativa.
Además, la disminución de la flexibilidad y la pérdida de masa muscular pueden contribuir a la aparición de dolor crónico.
Es fundamental ser conscientes de estos cambios y adaptar nuestras rutinas de ejercicios y cuidados físicos a medida que envejecemos. La inclusión de ejercicios de bajo impacto y entrenamiento de fuerza puede ser beneficiosa para mantener un cuerpo saludable en la tercera edad.