El café ha sido durante siglos una de las bebidas más consumidas a nivel mundial, arraigada en la rutina diaria de millones de personas. Sin embargo, muchos de los mitos que se han mantenido a lo largo del tiempo sobre el consumo de café, especialmente sobre sus efectos en la salud, están siendo cada vez más cuestionados. Uno de los temas más recurrentes en este debate es la elección entre café normal o descafeinado, que ha suscitado opiniones diversas entre los consumidores y profesionales de la salud.
A medida que más estudios científicos exploran los efectos del café en el cuerpo, los viejos conceptos sobre su impacto en el corazón, el sistema nervioso y otros aspectos de la salud están siendo reevaluados. Lo que antes se creía como una verdad incuestionable sobre los peligros del café con cafeína, hoy en día es matizado por nuevas evidencias que indican que, en cantidades moderadas, incluso puede tener beneficios. Pero, ¿realmente hay tanta diferencia entre tomar café normal o descafeinado? Veamos lo que dice la ciencia.
EL IMPACTO EN LA SALUD CARDIOVASCULAR
Durante años, se ha creído que el consumo de café con cafeína podía incrementar el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que este efecto no es tan significativo como se pensaba. Al contrario, algunos estudios han indicado que el consumo moderado de café, entre tres a cinco tazas diarias, podría estar asociado con un menor riesgo de padecer enfermedades cardíacas. No obstante, la situación cambia cuando se exceden esas cantidades, ya que el exceso de cafeína puede causar efectos negativos, como el aumento de la presión arterial.
Por otro lado, el café descafeinado ha sido tradicionalmente percibido como la opción «más segura» para quienes desean evitar posibles riesgos para el corazón. Aunque el descafeinado contiene una pequeña cantidad de cafeína, se considera generalmente inofensivo para la salud cardiovascular. Sin embargo, algunos estudios indican que, al eliminar la cafeína, también se reducen ciertos antioxidantes que podrían ser beneficiosos. Así, elegir entre café normal o descafeinado depende en gran medida de las preferencias y la sensibilidad de cada persona a la cafeína.
CAFÉ Y EL SUEÑO: MITO O REALIDAD
Uno de los mitos más persistentes sobre el café es su impacto negativo sobre el sueño. La cafeína es un estimulante que puede aumentar el estado de alerta, lo que ha llevado a la creencia de que cualquier cantidad de café, especialmente si se toma por la tarde o noche, interfiere con la calidad del sueño. En realidad, esto depende en gran medida de la tolerancia individual. Para algunas personas, una taza de café antes de dormir puede no tener efectos adversos, mientras que para otras, incluso una pequeña cantidad en la tarde puede alterar su descanso.
El café descafeinado, por su parte, parece ofrecer una solución para aquellos que desean disfrutar del sabor del café sin comprometer su sueño. Al contener una cantidad mínima de cafeína, su consumo no debería afectar la calidad del descanso nocturno. No obstante, algunos estudios han señalado que otros compuestos presentes en el café, más allá de la cafeína, también podrían influir en el ciclo de sueño. Por ello, el café descafeinado tampoco es una garantía de un sueño sin interrupciones para todas las personas.
BENEFICIOS ANTIOXIDANTES DEL CAFÉ
El café es conocido por ser una de las mayores fuentes de antioxidantes en la dieta diaria de muchas personas, lo que ha generado gran interés en sus posibles beneficios para la salud. Estos compuestos, que ayudan a combatir los radicales libres en el cuerpo, podrían desempeñar un papel en la prevención de enfermedades crónicas, como el cáncer y la diabetes. En este sentido, el café con cafeína ha sido elogiado por su alto contenido en antioxidantes, lo que ha llevado a algunos a considerarlo una bebida saludable, siempre que se consuma con moderación.
Sin embargo, cuando el café es descafeinado, se pierde una parte significativa de estos antioxidantes, ya que el proceso de eliminación de la cafeína también afecta a otros componentes. A pesar de ello, el café descafeinado sigue conteniendo algunos antioxidantes, aunque en menor cantidad, por lo que aún podría aportar ciertos beneficios. Así, el equilibrio en el consumo de café, ya sea con o sin cafeína, es clave para maximizar sus beneficios antioxidantes.
LA ADICCIÓN Y LOS EFECTOS SECUNDARIOS
El café con cafeína, al ser un estimulante, puede generar dependencia en algunas personas. El consumo frecuente de café puede llevar a una cierta tolerancia, lo que significa que con el tiempo se necesitarán mayores cantidades para sentir los mismos efectos. Además, dejar de consumir cafeína de manera repentina puede provocar síntomas de abstinencia, como dolores de cabeza, irritabilidad y fatiga. Aunque estos efectos secundarios no son peligrosos, sí pueden ser molestos para aquellos que consumen grandes cantidades de café de manera habitual.
El café descafeinado, al tener una cantidad mínima de cafeína, no suele generar estos efectos de dependencia o abstinencia. Por ello, es la opción preferida por aquellos que desean evitar la adicción a la cafeína. Sin embargo, algunas personas prefieren seguir disfrutando del café con cafeína, argumentando que la moderación es la clave para evitar los efectos negativos asociados a su consumo excesivo.