Tradicionalmente, se ha promovido la idea de que las mujeres necesitan hacer la misma cantidad de ejercicio que los hombres para alcanzar beneficios cardiovasculares similares. Sin embargo, estudios recientes están desafiando este dogma, revelando una realidad fascinante: las mujeres pueden obtener los mismos beneficios para el corazón con solo la mitad de la actividad física que los hombres.