La piel madura es un reflejo de nuestra historia, de nuestras vivencias y nuestras experiencias. A medida que los años pasan, la dermis sufre cambios significativos que pueden afectar su apariencia y salud. Sin embargo, no hay motivo para desanimarse. Con los cuidados adecuados, es posible que tu piel luzca radiante y saludable en cualquier etapa de la vida.
5Rutina nocturna: apuesta por el sueño reparador
La noche es el momento ideal para que la piel se recupere y repare. Durante el sueño, la piel trabaja arduamente, regenerando células y reparando el daño acumulado. Por ello, establecer una rutina nocturna que incluya limpieza, tonificación e hidratación es crucial.
Asegúrate de usar un limpiador suave que elimine impurezas y maquillaje sin despojar a la piel de sus aceites naturales. Después, aplica un tónico para equilibrar el pH de la piel y, por último, una crema o suero facial rico en ingredientes activos como retinol o péptidos, que favorecen la renovación celular y la producción de colágeno.