La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado recientemente las tres principales vías de contagio de la viruela del mono, una enfermedad que ha despertado preocupación global debido a su rápida propagación y las graves implicaciones para la salud pública. Este virus, que hasta hace poco era considerado endémico en regiones de África central y occidental, ha demostrado tener un potencial significativo de transmisión en otras partes del mundo, lo que ha llevado a un esfuerzo internacional para comprender mejor sus mecanismos de contagio y prevenir su propagación.
Según la OMS, la viruela del mono se transmite principalmente a través de tres vías: el contacto directo con fluidos corporales, el contacto con superficies contaminadas y la transmisión a través de gotículas respiratorias. Estas vías de contagio subrayan la importancia de medidas de precaución estrictas, especialmente en áreas donde se han detectado brotes recientes, para evitar la expansión del virus y proteger a las poblaciones vulnerables.
CONTACTO DIRECTO CON FLUIDOS CORPORALES
El contacto directo con fluidos corporales, como la saliva, la sangre o las lesiones cutáneas de una persona infectada, es la vía de contagio más común de la viruela del mono. Este tipo de transmisión puede ocurrir durante relaciones sexuales, al compartir agujas o mediante contacto cercano con las lesiones de la piel de una persona afectada. La OMS ha destacado que esta vía es particularmente preocupante en entornos con alta densidad de población, donde el contacto cercano es frecuente y difícil de evitar.
Además, es importante tener en cuenta que el virus puede estar presente en los fluidos corporales antes de que se manifiesten los síntomas, lo que aumenta el riesgo de transmisión sin que la persona infectada sea consciente de ello. Por esta razón, las autoridades sanitarias recomiendan medidas preventivas, como evitar el contacto físico cercano con personas que presenten síntomas sospechosos, para reducir el riesgo de contagio.
CONTACTO CON SUPERFICIES CONTAMINADAS
Otra vía importante de contagio es el contacto con superficies contaminadas, que puede ocurrir cuando una persona toca objetos o superficies que han estado en contacto con fluidos corporales de un individuo infectado. Esto incluye ropa, ropa de cama, toallas y otros objetos personales que hayan sido utilizados por alguien con viruela del mono. Este tipo de transmisión es particularmente preocupante en hogares y hospitales, donde el virus puede sobrevivir durante un tiempo en dichas superficies.
La OMS señala que la desinfección adecuada de estas superficies y objetos es crucial para prevenir la propagación del virus. Los protocolos de limpieza rigurosos, como el uso de desinfectantes aprobados y la manipulación cuidadosa de la ropa de cama y otros artículos, son esenciales para reducir el riesgo de contagio, especialmente en entornos donde se han identificado casos confirmados de viruela del mono.
GOTÍCULAS RESPIRATORIAS
La transmisión a través de gotículas respiratorias es la tercera vía identificada por la OMS, y ocurre cuando una persona infectada tose, estornuda o habla cerca de otras personas, liberando pequeñas gotas que contienen el virus. Aunque este método de contagio no es tan común como las otras dos vías, sigue siendo una preocupación importante en espacios cerrados o mal ventilados, donde las gotas pueden permanecer en el aire durante un tiempo.
La OMS recomienda el uso de mascarillas en entornos donde existe un riesgo elevado de transmisión a través de gotículas respiratorias, como hospitales, transporte público y otros lugares con aglomeraciones. Además, es fundamental mantener una buena ventilación en espacios cerrados para reducir la concentración de partículas virales en el aire y, de esta manera, disminuir el riesgo de infección.
MEDIDAS DE PREVENCIÓN Y CONTROL
Para combatir la propagación de la viruela del mono, la OMS ha enfatizado la importancia de la vacunación, especialmente entre las poblaciones de alto riesgo, como los trabajadores de la salud y aquellos que viven en áreas con brotes activos. La vacunación no solo ayuda a prevenir la enfermedad, sino que también reduce la gravedad de los síntomas en caso de infección, proporcionando una protección crucial contra el virus.
Finalmente, la OMS insta a la adopción de medidas de higiene personal y pública, como el lavado frecuente de manos con agua y jabón, el uso de desinfectantes a base de alcohol y la desinfección regular de superficies en hogares y lugares de trabajo. Estas medidas, junto con la vigilancia epidemiológica y el aislamiento de los casos confirmados, son esenciales para controlar la propagación de la viruela del mono y proteger a las comunidades en riesgo.