El envejecimiento es un proceso natural que todos experimentamos, pero no es un camino uniforme. La vida humana está marcada por dos momentos cruciales en los que la velocidad del envejecimiento se acelera de manera significativa, a los 44 y a los 60 años.
Estas etapas, impulsadas por cambios hormonales, fisiológicos y de estilo de vida, marcan un cambio notable en la salud, la vitalidad y el bienestar del individuo.
6El declive de la densidad ósea: la osteoporosis y el riesgo de fracturas
La segunda etapa de envejecimiento acelerado también afecta la densidad ósea. El cuerpo pierde gradualmente calcio y otras minerales esenciales, lo que debilita los huesos y aumenta el riesgo de osteoporosis.
La osteoporosis es una condición que hace que los huesos se vuelvan frágiles y propensos a las fracturas. Estas fracturas, especialmente en la cadera, la muñeca o la columna vertebral, pueden causar dolor, discapacidad y aumentar la necesidad de atención médica.
Para prevenir la osteoporosis, es fundamental una dieta rica en calcio y vitamina D, así como la práctica de ejercicios de apoyo de peso que fortalezcan los huesos. En algunos casos, puede ser necesaria la terapia hormonal o medicamentos para aumentar la densidad ósea.