El envejecimiento es un proceso natural que todos experimentamos, pero no es un camino uniforme. La vida humana está marcada por dos momentos cruciales en los que la velocidad del envejecimiento se acelera de manera significativa, a los 44 y a los 60 años.
Estas etapas, impulsadas por cambios hormonales, fisiológicos y de estilo de vida, marcan un cambio notable en la salud, la vitalidad y el bienestar del individuo.
4La segunda etapa: a los 60 años, la aceleración del declive
A los 60 años, el cuerpo humano experimenta una segunda etapa de envejecimiento acelerado que se caracteriza por una disminución generalizada de las funciones corporales. El declive hormonal continúa, la masa muscular se reduce aún más y la densidad ósea disminuye, lo que aumenta el riesgo de fracturas.
Los órganos internos comienzan a funcionar con menor eficiencia, lo que puede llevar a un mayor riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes, las enfermedades cardíacas y el cáncer. La función cognitiva se deteriora gradualmente, lo que puede afectar la memoria, el razonamiento y la concentración.