El ajo, un ingrediente común en la cocina de todo el mundo, ha sido utilizado durante siglos por sus propiedades medicinales. Su sabor picante y aromático proviene de compuestos de azufre que también son responsables de sus beneficios para la salud.
Uno de los órganos más importantes que se ve potencialmente afectado por el consumo de ajo es el hígado, un órgano vital que realiza funciones esenciales como la desintoxicación y el metabolismo.
En este artículo, exploraremos en profundidad la relación entre el ajo y el hígado, examinando los posibles efectos positivos y negativos de su consumo.
5El ajo y la cirrosis hepática
La cirrosis hepática es una enfermedad grave caracterizada por la cicatrización del hígado, que puede llevar a la insuficiencia hepática. Si bien se necesitan más estudios, se cree que el ajo puede tener un efecto protector contra la cirrosis hepática.
El ajo podría ayudar a prevenir la cirrosis al reducir la inflamación del hígado, mejorar la función hepática y proteger contra el daño oxidativo.