El ajo, un ingrediente común en la cocina de todo el mundo, ha sido utilizado durante siglos por sus propiedades medicinales. Su sabor picante y aromático proviene de compuestos de azufre que también son responsables de sus beneficios para la salud.
Uno de los órganos más importantes que se ve potencialmente afectado por el consumo de ajo es el hígado, un órgano vital que realiza funciones esenciales como la desintoxicación y el metabolismo.
En este artículo, exploraremos en profundidad la relación entre el ajo y el hígado, examinando los posibles efectos positivos y negativos de su consumo.
3El ajo y la función hepática
Estudios sugieren que el ajo puede mejorar la función hepática en general. En un estudio en humanos con enfermedad hepática grasa no alcohólica (NAFLD), el consumo diario de ajo durante 12 semanas condujo a una reducción significativa de los niveles de enzimas hepáticas, un indicador de daño hepático.
Se cree que el ajo ayuda a mejorar la función hepática al reducir la inflamación, mejorar la circulación sanguínea al hígado y estimular la producción de bilis, que ayuda en la digestión y la eliminación de toxinas.