La salud mental y la salud física son dos aspectos intrínsecamente relacionados, que pueden influenciarse mutuamente de maneras sorprendentes. Uno de los aspectos menos discutidos en este ámbito es la frecuencia con la que una persona va al baño.
Aunque puede parecer un tema trivial o incluso tabú, la conexión entre los hábitos de evacuación y la salud mental es fascinante y digna de estudio.
3La ansiedad y los trastornos digestivos
La ansiedad no solo se siente en la mente, sino que también puede manifestarse físicamente. Muchas personas con trastornos de ansiedad informan sufrir problemas gastrointestinales, como náuseas, diarrea o estreñimiento.
Estas condiciones pueden, a su vez, afectar cómo y cuántas veces una persona utiliza el baño a lo largo del día. El impacto físico de la ansiedad puede crear un círculo vicioso: la preocupación por la salud puede aumentar la ansiedad, lo que a su vez empeora la salud digestiva y provoca una mayor necesidad de visitar el baño.
La atención y gestión de la ansiedad a través de terapias como la Cognitivo-Conductual puede resultar beneficiosa para reducir tanto el malestar mental como físico.