La salud mental y la salud física son dos aspectos intrínsecamente relacionados, que pueden influenciarse mutuamente de maneras sorprendentes. Uno de los aspectos menos discutidos en este ámbito es la frecuencia con la que una persona va al baño.
Aunque puede parecer un tema trivial o incluso tabú, la conexión entre los hábitos de evacuación y la salud mental es fascinante y digna de estudio.
2Estrés y su impacto fisiológico
El estrés es uno de los principales componentes que puede afectar nuestro bienestar físico. Cuando una persona experimenta estrés, el cuerpo se activa a través de la respuesta de «lucha o huida», lo que puede alterar el funcionamiento normal del sistema digestivo. Este tipo de respuesta se traduce a menudo en una mayor necesidad de usar el baño.
En particular, algunas personas experimentan que, cuando están estresadas, tienen que ir al baño con más frecuencia, lo que puede causar incomodidad y distracciones durante el día. El estrés crónico puede llevar incluso a trastornos gastrointestinales, como el síndrome del intestino irritable, en donde las evacuaciones pueden volverse irregulares.