La Ley de Segunda Oportunidad (LSO) es un mecanismo legal que permite a particulares y autónomos en situación de insolvencia cancelar hasta el 100% de sus deudas privadas de forma definitiva. Este procedimiento les da la oportunidad de empezar de nuevo libre de cargas tras un desastre económico.
Para poder acogerse a la ley, hay que cumplir con una serie de requisitos y contratar a profesionales del derecho que te acompañen en el proceso. El equipo de abogados especialistas en Segunda Oportunidad de Kurkea, pueden asesorarte y llevar tu solicitud a feliz término.
¿Qué es la Ley de Segunda Oportunidad?
La Ley Segunda Oportunidad es un mecanismo legal que permite a particulares y autónomos (no empresas) en situación de insolvencia, cancelar hasta el 100% de sus deudas privadas. De esta forma, las personas físicas pueden superar una situación de insolvencia o quiebra económica y empezar de nuevo sin estigmas por deudas no pagadas.
A ellas pueden acogerse particulares, trabajadores por cuenta ajena, desempleados, pensionistas, autónomos y empresarios, siempre que cumplan las condiciones. Incluso si has avalado a un familiar con deudas, puedes solicitar la segunda oportunidad si eres insolvente.
Elegibilidad y procedimiento
Según Kurkea, los requisitos Ley Segunda Oportunidad que deben satisfacerse para acogerse a este mecanismo son:
- Ser una persona física, ya sea particular o autónomo.
- Estar en una situación de insolvencia, es decir, no poder hacer frente al pago de las deudas.
- No haber sido condenado por delitos socioeconómicos en los 10 años anteriores.
- No haber disfrutado del beneficio de la exoneración del pasivo insatisfecho (EPI) en los últimos 5 años.
- Haber actuado de buena fe, sin haber incurrido en conductas dolosas o gravemente culpables.
- Proporcionar toda la información y documentación Ley Segunda Oportunidad requerida sobre la situación económica y patrimonial.
- Asumir de buena fe el plan de pagos propuesto a los acreedores o, en su defecto, permitir la liquidación de los bienes.
Por su parte, el mecanismo de la Ley de Segunda Oportunidad comprende estos pasos:
Recopilación de la documentación: El deudor debe recopilar toda la información y documentación relacionada con sus deudas, bienes, ingresos, etc.
Presentación de la demanda: El deudor presenta una demanda ante el juzgado competente solicitando el beneficio de la exoneración del pasivo insatisfecho (EPI).
Declaración del concurso: El juzgado declara el concurso del deudor y nombra un administrador concursal.
Homologación del plan de pagos o fase de liquidación:
- Si el deudor tiene bienes y quiere conservarlos, puede proponer un plan de pagos a los acreedores.
- Si el deudor tiene bienes y no quiere conservarlos, se procede a la fase de liquidación.
- Si el deudor no tiene bienes, se procede directamente a la solicitud de la cancelación de la deuda.
Solicitud de la cancelación de la deuda: Una vez cumplidos los requisitos, el deudor solicita la cancelación del pasivo insatisfecho.
Cambios recientes en la ley
La reforma de la Ley Concursal realizada en 2022 introdujo varios cambios relevantes en el mecanismo de la LSO. Quizás el más significativo fue la eliminación de la fase de mediación extrajudicial previa.
Anteriormente, el deudor debía intentar llegar a un acuerdo de pago con sus acreedores a través de un proceso de mediación antes de poder acudir al concurso. Sin embargo, con la nueva regulación, este paso previo ya no es obligatorio, lo que simplifica y agiliza considerablemente el proceso.
Otro de los cambios destacados fue la posibilidad de cancelar deudas públicas de hasta 10.000 euros. Antes de la reforma, las deudas contraídas con la Agencia Tributaria y la Seguridad Social no podían ser exoneradas. Ahora, esta limitación se ha flexibilizado, permitiendo que los deudores puedan liberarse también de este tipo de obligaciones, facilitando así una recuperación económica más viable.
Además, la reforma ha suavizado algunos de los requisitos para acceder al mecanismo de la Ley de Segunda Oportunidad, como el plazo de espera entre solicitudes. Gracias a esto, un mayor número de personas en situación de insolvencia pueden beneficiarse de este proceso de cancelación de deudas y obtener una segunda oportunidad.
En general, los cambios introducidos en 2022 buscan hacer más accesible y efectiva la LSO, eliminando barreras y agilizando los trámites para que los deudores puedan recuperar su estabilidad financiera de manera más rápida y sencilla.
Ventajas e inconvenientes
La Ley de Segunda Oportunidad ofrece varias ventajas para los deudores. Por supuesto, la más importante es la posibilidad de cancelar hasta el 100% de las deudas privadas, permitiendo a los particulares y autónomos empezar de nuevo sin cargas. Pueden reemprender nuevos proyectos sin el lastre de las deudas anteriores.
Además, los deudores pueden conservar ciertos bienes considerados esenciales, como la vivienda habitual, así que mantendrán un mínimo de estabilidad durante el proceso. Otro beneficio es salir de los registros de morosos y recuperar el historial crediticio, abriéndoles las puertas para solicitar nuevas tarjetas y préstamos en el futuro. Durante el procedimiento, también se suspenden los embargos y se paralizan los intereses de las deudas.
No obstante, hay que tener en cuenta que acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad también conlleva algunos inconvenientes. Determinadas deudas, como las relacionadas con alimentos, créditos públicos o indemnizaciones por delitos, no son canceladas. Además, el juez puede establecer un control sobre los movimientos bancarios del deudor durante el proceso.
En caso de que el deudor tenga bienes que no quiere conservar, estos deberán ser liquidados para pagar a los acreedores. Finalmente, la concesión de la exoneración del pasivo insatisfecho quedará inscrita en el Registro Público Concursal, suponiendo cierto estigma social para el deudor.