El estrés es una parte inevitable de la vida moderna. Desde las presiones del trabajo hasta las preocupaciones financieras y las relaciones personales, estamos constantemente expuestos a situaciones que activan nuestra respuesta al estrés.
Sin embargo, lo que muchos no saben es que esta respuesta, diseñada para protegernos de amenazas, también puede tener un impacto significativo en nuestra salud digestiva.
Nuestro estómago, un órgano complejo y vital, es altamente sensible a los cambios hormonales y neuroquímicos que se desencadenan por el estrés.
El impacto puede ir desde molestias menores como acidez estomacal hasta problemas más serios como la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) o el síndrome de intestino irritable (SII).
En este artículo, exploraremos las formas específicas en que el estrés afecta nuestro estómago, desde los mecanismos fisiológicos hasta las consecuencias a largo plazo. Descubriremos cómo podemos identificar los síntomas, comprender las causas y, lo más importante, aprender estrategias para mitigar el impacto del estrés en nuestra salud digestiva.
7El estrés psicológico y el dolor abdominal
El estrés psicológico, como la ansiedad y la depresión, también puede causar dolor abdominal. A menudo, las personas que experimentan estrés psicológico tienen más probabilidades de sufrir síndrome de intestino irritable (SII) y otros trastornos digestivos.
El dolor abdominal relacionado con el estrés psicológico puede ser difícil de diagnosticar porque no está relacionado con una causa física identificable. En estos casos, es importante buscar ayuda de un profesional de la salud para identificar las causas del dolor y encontrar estrategias de manejo adecuadas.