El verano, con su calor abrasador y sus días largos, invita a disfrutar de la playa, la piscina y las actividades al aire libre. Sin embargo, para muchos, esta época del año también trae consigo una incomodidad recurrente: la hinchazón de los pies.
Esta sensación de pesadez y presión en los pies, que puede afectar la movilidad y el bienestar, es un síntoma común en los meses más calurosos.
Las altas temperaturas, la deshidratación y la mayor actividad física, junto con factores como el embarazo o la obesidad, pueden contribuir a la aparición de la hinchazón en los pies. Afortunadamente, existen diversas medidas que podemos tomar para combatirla y recuperar la comodidad en nuestros pies.
1El calor y la hinchazón: un problema de vasos sanguíneos
La hinchazón de los pies en verano se debe principalmente a la dilatación de los vasos sanguíneos en las piernas y los pies, un efecto natural del cuerpo para regular la temperatura. El calor dilata los vasos sanguíneos, lo que permite que la sangre fluya con mayor facilidad hacia la superficie de la piel, favoreciendo la pérdida de calor.
Sin embargo, este proceso también provoca un aumento de la presión en los vasos sanguíneos de las piernas y los pies, lo que a su vez genera una acumulación de líquidos en los tejidos, dando lugar a la hinchazón.
Además de la dilatación de los vasos sanguíneos, el calor también puede afectar la eficiencia de las bombas musculares de las piernas, que son las encargadas de impulsar la sangre de regreso al corazón.
Cuando estas bombas trabajan con menor eficiencia, la sangre se acumula en las piernas y los pies, contribuyendo a la hinchazón. Es importante tener en cuenta que la hinchazón de los pies en verano no siempre es un síntoma de un problema médico grave, pero es crucial prestar atención a su aparición y tomar medidas para aliviarla.