El verano, con sus días largos y soleados, invita a disfrutar del aire libre y a realizar actividades al aire libre, pero también puede ser un desafío para mantener tu rutina de ejercicios.
El calor abrasador puede hacer que te sientas cansado, deshidratado y menos motivado para ir al gimnasio o salir a correr. Sin embargo, mantenerte activo durante el verano es crucial para tu salud física y mental.
No solo te ayudará a mantenerte en forma, sino que también te permitirá disfrutar más de las actividades al aire libre, combatir el estrés y mejorar tu estado de ánimo.
1Elige el momento adecuado del día
El calor del mediodía puede ser implacable, por lo que es importante elegir el momento adecuado del día para hacer ejercicio. Las primeras horas de la mañana o las últimas horas de la tarde, cuando el sol es menos intenso, son las mejores opciones para evitar el calor más fuerte.
Si tu rutina habitual es por la mañana, puedes adelantar tu entrenamiento un poco para evitar el sol más intenso. En cambio, si tu ritmo es por la tarde, puedes retrasarlo para disfrutar de las temperaturas más frescas.
Es importante que adaptes tu ritmo de ejercicio a las temperaturas del momento. Si la temperatura es muy alta, no te esfuerces al máximo, reduce la intensidad y la duración de tu entrenamiento. Recuerda que no se trata de sacrificar tu cuerpo para cumplir con una rutina, sino de mantener la salud y el bienestar.