La cocina, un espacio de transformación y creación culinaria, se ha convertido en un campo de batalla contra un enemigo invisible: los microplásticos. Estos diminutos fragmentos de plástico, invisibles a simple vista, se encuentran en una variedad de productos que usamos a diario, desde las botellas de agua hasta la ropa que vestimos.
Pero uno de los mayores culpables de la contaminación por microplásticos en nuestros hogares se encuentra en el fregadero: la esponja de cocina.
La esponja de cocina, un utensilio cotidiano que parece inocuo, se ha convertido en un foco de contaminación por microplásticos. Con cada lavado, estas esponjas liberan diminutos fragmentos de plástico que se filtran en el agua y, por lo tanto, en nuestro cuerpo.
9La acción global
La contaminación por microplásticos requiere una acción global. Los gobiernos y las empresas deben tomar medidas para reducir la producción y el uso de plásticos, y para desarrollar tecnologías para capturar y eliminar los microplásticos del medio ambiente.
Se necesitan políticas que incentiven la producción y el consumo de productos ecológicos, la mejora de la gestión de residuos plásticos y la inversión en investigación para encontrar soluciones a la contaminación por microplásticos.