La cocina, un espacio de transformación y creación culinaria, se ha convertido en un campo de batalla contra un enemigo invisible: los microplásticos. Estos diminutos fragmentos de plástico, invisibles a simple vista, se encuentran en una variedad de productos que usamos a diario, desde las botellas de agua hasta la ropa que vestimos.
Pero uno de los mayores culpables de la contaminación por microplásticos en nuestros hogares se encuentra en el fregadero: la esponja de cocina.
La esponja de cocina, un utensilio cotidiano que parece inocuo, se ha convertido en un foco de contaminación por microplásticos. Con cada lavado, estas esponjas liberan diminutos fragmentos de plástico que se filtran en el agua y, por lo tanto, en nuestro cuerpo.
8La responsabilidad individual
Cada persona tiene la responsabilidad de reducir la contaminación por microplásticos. Es importante elegir productos ecológicos y sostenibles, reducir el uso de plásticos de un solo uso y reciclar adecuadamente los residuos.
También podemos tomar medidas simples en casa, como lavar las esponjas de cocina con agua caliente y jabón, utilizar alternativas ecológicas y desechar las esponjas de manera responsable.