La cocina, un espacio de transformación y creación culinaria, se ha convertido en un campo de batalla contra un enemigo invisible: los microplásticos. Estos diminutos fragmentos de plástico, invisibles a simple vista, se encuentran en una variedad de productos que usamos a diario, desde las botellas de agua hasta la ropa que vestimos.
Pero uno de los mayores culpables de la contaminación por microplásticos en nuestros hogares se encuentra en el fregadero: la esponja de cocina.
La esponja de cocina, un utensilio cotidiano que parece inocuo, se ha convertido en un foco de contaminación por microplásticos. Con cada lavado, estas esponjas liberan diminutos fragmentos de plástico que se filtran en el agua y, por lo tanto, en nuestro cuerpo.
7El impacto en el medio ambiente
La contaminación por microplásticos es un problema global que afecta a los ecosistemas terrestres y acuáticos. Los microplásticos se encuentran en el agua potable, los alimentos, el aire y el suelo, creando una amenaza para la vida silvestre y la salud humana.
Los microplásticos pueden afectar al crecimiento de las plantas, a la reproducción de los animales y al equilibrio de los ecosistemas. También pueden causar problemas digestivos en los animales marinos y terrestres, y contribuir a la acumulación de sustancias tóxicas en la cadena alimentaria.