La cocina, un espacio de transformación y creación culinaria, se ha convertido en un campo de batalla contra un enemigo invisible: los microplásticos. Estos diminutos fragmentos de plástico, invisibles a simple vista, se encuentran en una variedad de productos que usamos a diario, desde las botellas de agua hasta la ropa que vestimos.
Pero uno de los mayores culpables de la contaminación por microplásticos en nuestros hogares se encuentra en el fregadero: la esponja de cocina.
La esponja de cocina, un utensilio cotidiano que parece inocuo, se ha convertido en un foco de contaminación por microplásticos. Con cada lavado, estas esponjas liberan diminutos fragmentos de plástico que se filtran en el agua y, por lo tanto, en nuestro cuerpo.
6La reutilización de las esponjas
La reutilización de las esponjas de cocina también es una forma de reducir la cantidad de residuos plásticos. En lugar de desechar las esponjas tras un uso limitado, se pueden utilizar para tareas menos delicadas, como limpiar el suelo o fregar la vajilla.
Se recomienda utilizar las esponjas para tareas específicas, como la limpieza de platos y utensilios, y dejar las esponjas nuevas para las tareas que requieren una limpieza más profunda.