La cocina, un espacio de transformación y creación culinaria, se ha convertido en un campo de batalla contra un enemigo invisible: los microplásticos. Estos diminutos fragmentos de plástico, invisibles a simple vista, se encuentran en una variedad de productos que usamos a diario, desde las botellas de agua hasta la ropa que vestimos.
Pero uno de los mayores culpables de la contaminación por microplásticos en nuestros hogares se encuentra en el fregadero: la esponja de cocina.
La esponja de cocina, un utensilio cotidiano que parece inocuo, se ha convertido en un foco de contaminación por microplásticos. Con cada lavado, estas esponjas liberan diminutos fragmentos de plástico que se filtran en el agua y, por lo tanto, en nuestro cuerpo.
4La alternativa a las esponjas de cocina: alternativas ecológicas
La creciente preocupación por la contaminación por microplásticos ha impulsado la búsqueda de alternativas a las esponjas de cocina tradicionales. Existen diversas opciones ecológicas y sostenibles que permiten mantener la higiene en la cocina sin generar residuos plásticos.
Las esponjas de luffa, fabricadas con la fibra natural de la planta de luffa, son una alternativa biodegrable y compostable. Las esponjas de bambú, hechas de fibras de bambú tratadas, también son una opción sostenible y respetuosa con el medio ambiente.