La cocina, un espacio de transformación y creación culinaria, se ha convertido en un campo de batalla contra un enemigo invisible: los microplásticos. Estos diminutos fragmentos de plástico, invisibles a simple vista, se encuentran en una variedad de productos que usamos a diario, desde las botellas de agua hasta la ropa que vestimos.
Pero uno de los mayores culpables de la contaminación por microplásticos en nuestros hogares se encuentra en el fregadero: la esponja de cocina.
La esponja de cocina, un utensilio cotidiano que parece inocuo, se ha convertido en un foco de contaminación por microplásticos. Con cada lavado, estas esponjas liberan diminutos fragmentos de plástico que se filtran en el agua y, por lo tanto, en nuestro cuerpo.
3El impacto de los microplásticos en la salud humana
Los microplásticos representan una amenaza creciente para la salud humana. Estudios científicos han demostrado que estas partículas pueden penetrar en los órganos, como el hígado, los riñones y los pulmones, y acumularse en el cuerpo.
Aunque aún se están investigando los efectos a largo plazo de los microplásticos en la salud, existen evidencias que sugieren que pueden causar inflamación, problemas respiratorios, daños en el sistema inmunitario y alteraciones hormonales.