La piel es nuestro órgano más grande y la primera línea de defensa contra el mundo exterior. Con el paso del tiempo, se ve afectada por factores como la exposición al sol, la contaminación, el estrés y la genética, lo que provoca su envejecimiento natural. Sin embargo, existen medidas que podemos tomar para mantener la piel radiante y saludable por más tiempo.
1Protección Solar: El escudo indispensable
La exposición al sol sin protección es uno de los principales aceleradores del envejecimiento cutáneo. Los rayos UV dañan el ADN de las células de la piel, provocando manchas, arrugas, flacidez y un mayor riesgo de cáncer de piel.
La protección solar debe ser una rutina diaria, incluso en días nublados, utilizando un protector solar de amplio espectro con FPS 30 o superior.
Aplicar el protector solar de forma generosa en todo el cuerpo, incluyendo el rostro, cuello, manos y orejas, 20 minutos antes de la exposición al sol y reaplicarlo cada dos horas, especialmente después de nadar, sudar o secarse con una toalla.