La experiencia del dolor es universal, pero su manifestación y gestión varían significativamente entre hombres y mujeres. Un hecho llamativo es que las mujeres, a lo largo de su vida, experimentan una mayor prevalencia de dolores crónicos en comparación con los hombres.
Esta diferencia de género no es solo una percepción, sino que se sustenta en evidencias científicas que apuntan a una compleja interacción de factores biológicos, sociales y culturales.
2El impacto de los genes: La genética juega un papel crucial
Las mujeres tienen una predisposición genética a la experiencia del dolor, debido a variaciones en ciertos genes que influyen en la respuesta del cuerpo al dolor. Estos genes codifican proteínas involucradas en la transmisión del dolor, la inflamación y la regulación del sistema inmunológico.
Estudios han revelado que las mujeres tienen una mayor expresión de genes asociados con la sensibilidad al dolor y la inflamación, lo que podría explicar su mayor susceptibilidad al dolor crónico. Además, algunas enfermedades genéticas que predisponen al dolor, como la fibromialgia, son más frecuentes en las mujeres.