En los meses más cálidos del año, cuando las temperaturas suben y las actividades al aire libre son más frecuentes, existe un riesgo incrementado para los pacientes diabéticos. Esta época del año puede traer dificultades adicionales para la gestión y control de esta patología crónica. Los expertos lanzan una advertencia médica para que estas personas tomen medidas adicionales para proteger su salud. Entre los factores a considerar están la deshidratación, alteraciones en los niveles de glucosa y mayores desafíos para el manejo de la enfermedad debido a los cambios en la rutina vacacional.
DIABÉTICOS: LA IMPORTANCIA DE UNA BUENA HIDRATACIÓN
Para los diabéticos, el verano representa un desafío extra en lo que respecta a la hidratación. La pérdida de líquidos es más rápida debido al calor, lo que puede impactar directamente en los niveles de glucosa en sangre. No se trata de beber agua solo cuando aparece la sed, sino de mantener un consumo regular durante el día. Además, hay que tener en cuenta que las bebidas con azúcar pueden ser contraproducentes, por lo tanto, se aconseja optar por agua o infusiones sin azúcar. La señal más clara de una buena hidratación es una orina de color claro, mientras que un color oscuro puede ser indicativo de deshidratación.
El correcto monitoreo de los niveles de azúcar es aún más crítico en verano. El calor puede afectar la precisión de los dispositivos de medición de glucosa y de insulina. Se recomienda conservar estos aparatos a una temperatura adecuada y revisar regularmente su funcionamiento. También es importante ajustar los horarios de control teniendo en cuenta la variedad de actividades que se realizan durante el verano, que podrían vulnerar la rutina habitual.
CONSEJOS PARA UNA DIETA EQUILIBRADA
En la temporada de verano, las salidas y las vacaciones pueden llevar a cambios en la alimentación que desestabilizan el control glucémico. Es esencial mantener una dieta balanceada, respetando las horas de las comidas y evitando los excesos de alimentos ricos en azúcares. Priorizar frutas y verduras frescas, siempre con las raciones adecuadas, puede ayudar a mantener el equilibrio necesario para la salud de los diabéticos.
A veces, la tentación de los helados y postres veraniegos puede ser un obstáculo para una dieta sana en personas con diabetes. Es clave elegir opciones más saludables con moderación, como los helados bajos en grasa y sin azúcares añadidos. El objetivo es disfrutar del verano sin poner en riesgo el bienestar de quienes padecen esta enfermedad.
ACTIVIDAD FÍSICA Y EXPOSICIÓN SOLAR: UNA BALANZA DELICADA
El ejercicio al aire libre es típico en esta estación y muy beneficioso, pero los diabéticos deben prestar especial atención a las horas de mayor radiación solar y altas temperaturas. La práctica de actividad física en horarios adecuados, evitando las horas punta de calor, contribuye al manejo de la diabetes, incrementando la sensibilidad a la insulina y ayudando a controlar los niveles de azúcar.
Por último, la exposición al sol debe ser siempre controlada. Utilizar protección solar adecuada y vestimenta ligera que cubra la piel es esencial. Además, se recomienda evitar las quemaduras solares que, aparte de ser peligrosas por sí mismas, pueden ser especialmente complicadas en diabéticos, por su potencial para alterar el correcto metabolismo de la glucosa. A su vez, cualquier herida o lesión debe tratarse rápidamente para evitar infecciones, algo a lo que los diabéticos son más susceptibles.
El verano puede ser disfrutado de forma saludable y segura por los pacientes diabéticos siguiendo estas recomendaciones, y no olvides la consulta con tu médico ante cualquier duda o situación inusual que pueda surgir durante esta estación.