Los horarios a la hora de comer y cenar pueden tener un impacto significativo en nuestra salud a corto y largo plazo. Nuestro cuerpo está diseñado para funcionar en sincronía con los ritmos circadianos naturales, que regulan los procesos metabólicos y hormonales en nuestro organismo.
Cuando alteramos estos ritmos con horarios irregulares de comida, podemos experimentar una serie de consecuencias negativas para nuestra salud.
2Desarrollo de enfermedades crónicas
Comer en horarios irregulares también puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, como la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardíacas.
Estudios han demostrado que las personas que comen tarde en la noche tienen un mayor riesgo de acumular grasa en el abdomen, lo cual está asociado con un mayor riesgo de desarrollar resistencia a la insulina y enfermedades metabólicas.
Además, comer en horarios desfasados puede alterar los niveles de glucosa en sangre y aumentar la inflamación en el cuerpo, factores de riesgo para enfermedades crónicas.