Los horarios a la hora de comer y cenar pueden tener un impacto significativo en nuestra salud a corto y largo plazo. Nuestro cuerpo está diseñado para funcionar en sincronía con los ritmos circadianos naturales, que regulan los procesos metabólicos y hormonales en nuestro organismo.
Cuando alteramos estos ritmos con horarios irregulares de comida, podemos experimentar una serie de consecuencias negativas para nuestra salud.
1Alteración del ritmo circadiano
Nuestro cuerpo tiene un reloj interno que regula los ciclos de sueño, hambre y otros procesos biológicos a lo largo del día. Este reloj interno está influenciado por señales externas, como la luz del sol, que nos indican cuándo es el momento adecuado para comer y dormir.
Cuando comemos en horarios irregulares, podemos desincronizar nuestro reloj interno, lo que puede afectar la manera en que nuestro cuerpo digiere los alimentos, metaboliza los nutrientes y regula las hormonas.