Tener hijos es un momento emocionante y transformador en la vida de una pareja. Sin embargo, también es un desafío que puede poner a prueba la relación. El proceso de convertirse en padres implica cambios significativos en la dinámica de la pareja, la comunicación, la intimidad y la distribución de responsabilidades.
2Falta de tiempo para la pareja
La crianza de un hijo requiere mucho tiempo y energía, lo que puede dejar a la pareja con poco tiempo para sí mismos. Las tareas diarias, como alimentar, bañar y cuidar al bebé, pueden consumir gran parte del día. Como resultado, la pareja puede sentir que no tienen tiempo suficiente para dedicarse el uno al otro, lo que puede afectar la conexión emocional y la intimidad.