En el complejo proceso de toma de decisiones, nuestro cerebro a menudo recurre a atajos mentales conocidos como sesgos cognitivos, que pueden distorsionar nuestra percepción de la realidad y llevarnos a tomar decisiones irracionales o poco fundamentadas.
Estos sesgos son patrones de pensamiento automáticos y subconscientes que nos ayudan a simplificar la enorme cantidad de información que recibimos diariamente, pero que a su vez pueden sesgar nuestra forma de procesar la información y afectar nuestras elecciones.
9El sesgo de la negatividad: Enfocándonos en lo negativo en detrimento de lo positivo
El sesgo de la negatividad nos lleva a prestar más atención y dar mayor peso a la información negativa que a la positiva, lo que puede distorsionar nuestra percepción de la realidad y afectar nuestras decisiones.
Este sesgo puede influir en nuestras elecciones al hacer que nos enfoquemos en los riesgos y desventajas de una situación, descartando o minimizando los aspectos positivos y las oportunidades que también están presentes.
Ser conscientes de este sesgo nos permite equilibrar nuestra evaluación de situaciones y considerar de manera más objetiva tanto los aspectos positivos como los negativos al tomar decisiones.