En el complejo proceso de toma de decisiones, nuestro cerebro a menudo recurre a atajos mentales conocidos como sesgos cognitivos, que pueden distorsionar nuestra percepción de la realidad y llevarnos a tomar decisiones irracionales o poco fundamentadas.
Estos sesgos son patrones de pensamiento automáticos y subconscientes que nos ayudan a simplificar la enorme cantidad de información que recibimos diariamente, pero que a su vez pueden sesgar nuestra forma de procesar la información y afectar nuestras elecciones.
2La aversión a la pérdida: El miedo a arriesgar lo que ya tenemos
La aversión a la pérdida es otro sesgo cognitivo que influye significativamente en nuestras decisiones al hacernos más sensibles a perder lo que ya tenemos que a ganar algo nuevo. Este sesgo puede llevarnos a optar por la seguridad y la estabilidad en lugar de asumir riesgos calculados que podrían resultar beneficiosos en el largo plazo.
Reconocer este sesgo nos permite evaluar de manera más equilibrada las oportunidades y los riesgos, evitando que el miedo a perder nos paralice en la toma de decisiones importantes.