La queja constante no solo afecta nuestra actitud y estado de ánimo, sino que también puede tener repercusiones en nuestro cerebro y salud mental en general. Estar todo el día quejándote puede generar un ciclo negativo de pensamientos y emociones que impactan en la forma en que nuestro cerebro procesa la información y responde a diferentes situaciones.
2Impacto en la liberación de cortisol y el estrés crónico
Cuando nos quejamos de forma recurrente, nuestro cerebro activa la liberación de cortisol, la hormona del estrés. El exceso de cortisol en el organismo debido a la queja constante puede conducir a un estado de estrés crónico, que a su vez puede afectar la función cognitiva, la memoria y la salud mental en general.
El estrés prolongado puede dañar las neuronas en el hipocampo, una región del cerebro clave para la memoria y el aprendizaje, lo que puede tener efectos negativos a largo plazo en la salud cerebral.
La queja constante puede desencadenar la liberación de cortisol y llevar a un estado de estrés crónico, afectando la función cerebral y la salud mental.