A medida que envejecemos, es crucial mantenernos activos y comprometidos con una rutina de ejercicio regular para preservar la salud física, mental y emocional. Para las personas mayores de 50 años, la actividad física juega un papel fundamental en la prevención de enfermedades crónicas, la mejora de la movilidad y el equilibrio, y la promoción de un envejecimiento saludable y activo.
1Calentamiento y estiramiento
Antes de comenzar cualquier rutina de ejercicio, es importante realizar un calentamiento adecuado para preparar los músculos y articulaciones para la actividad física. Los ejercicios de calentamiento pueden incluir caminar a paso ligero, movimientos de brazos y piernas, y rotaciones de cuello y cintura.
Asimismo, dedicar tiempo al estiramiento después del calentamiento y al finalizar la sesión de ejercicio puede ayudar a mejorar la flexibilidad, prevenir lesiones y reducir la rigidez muscular.
Incorporar ejercicios de estiramiento en la rutina diaria puede contribuir a mantener la amplitud de movimiento en las articulaciones, mejorar la postura y reducir la tensión muscular, lo que es especialmente beneficioso para las personas mayores que pueden experimentar rigidez y pérdida de flexibilidad con el paso de los años.